domingo, 21 de agosto de 2011

Otro

El otro se confunde conmigo mismo.
El otro adentro del espejo.
El otro con mis ojos mirándose.
El otro con su voz, moviendo las manos.
El otro, todo mermelado de mi.
El otro que sonríe.
El otro que me arma como un rompecabezas: acomoda mis piezas uniendo los colores y las formas.
El otro en su balance, su balanceo.
El otro con su olor y su temperatura.
El otro con su culo, sus axilas y sus genitales.
El otro con su piel.
El otro con su ropa.
El otro atravesado por mis otros del día.
El otro, su decisión de estar ahí, intuyéndome atrás de un vidrio hermético.
El otro, su capacidad de irse, mi incapacidad de detenerlo.
El otro, mi capacidad de irme, su incapacidad de detenerme.
El otro remake, reedición o cover.
El otro como un eco de los primeros otros.
El otro estilo sobre el mismo lienzo.
El otro como un sol. En una risa imprevisible.
El otro que amenaza, avanza y retrocede.
El otro en una jaula de palabras.
El otro y sus orejas, sus dientes y su pelo.
El otro con su origen.
El otro con su madre y con su padre.
El otro con su cama de infancia.
El otro en su silueta, en sus zapatos.
El otro al lado mío.
El otro a mi costado, enfrente, atrás, más alto, igual o más bajito.
El otro con su exacta cantidad de años, semanas, días, minutos y segundos.
El otro, su tibieza, todo mermelado de mi.
El otro en el límite. La frontera barrosa. En el barro y la arena, también en la vereda.
El otro apenas, hoy, todavía, ayer, un día, mañana, siempre, casi.
El otro casi casi.
El otro
Y
Yo.

La Gata Flora 

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