sábado, 29 de junio de 2013

EL PINCHO DE LA RUEDA

Notas de autor-
Si hay algo que el TOMAN genera es libertad. Libertad de expresión a escritores, lectores, a propios y ajenos. Libertad a compartir nuestras ideas y hasta libertad a mostrar la desnudez de nuestros sentimientos.
Comparto así, desde mi lugar para este blog de amigos un texto referido a este concepto.

Somos tan ilusos que hacemos simulacros de felicidad sumergiéndonos en el consumo. Deseamos pertenecer e incluirnos en grupos sociales por el simple hecho de no enfrentar la soledad.
Deseamos alucinar en varios momentos; perder un poco el control seduce tanto como la figura de la mina mas linda del barrio.
Creamos adicciones, nos llenamos de basura en busca de un momento de felicidad. Tal vez, nunca imaginamos cuanta energía vital gastamos por alcanzar un segundo de ella.
Felicidad es sinónimo de libertad? Seguramente...o viceversa.
No importa cuando ni como llegan, tampoco el orden más si importa cuando se van; porque si hay algo a lo que los humanos tememos casi tanto como a la soledad es a perder.
Luchamos por medallas y trofeos que olvidamos en armarios, llegan a inundarse de polvo hasta que nos damos cuenta de todo lo vivido para conseguirlos. Ahí, justo en ese momento los enfrentamos, limpiamos su polvo y hasta pulimos esos trofeos para ver mas nítidamente reflejado en el metal la felicidad que nos genero en un momento, en el pasado.
La felicidad y libertad claramente son estados, no momentos. Tarde nos acordamos...
Son un circulo igual que la vida?Seguramente ..o viceversa. Y nosotros, simples mortales una minima unidad de un todo; casi como el pincho de la rueda de una bici. Donde a veces pedaleamos y esta más abajo y otras pedaleamos y esta más arriba. Pero lo que siempre debemos recordar es que tan abajo o tan arriba que llegue y lleguemos siempre estaremos a la misma distancia del centro… mientras la rueda sigue girando.

BOU

viernes, 28 de junio de 2013

Poemas de la oficina

Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

Alvaro de Campos, Tabaqueria


Es importante
no pensar lo que se está diciendo
si se quiere hacer bien el trabajo
la completa disociación
entre voz y pensamiento
ese viejo paradigma griego
Logos y Platón
No pensar
la red que extiende nuestra voz
entre que silencios
las cosas que interrumpimos
Suena un teléfono y alguien atiende
Hola se encuentra Laura
De la diaria estoy llamado
detrás se escucha la tele
y niños llorando



                                                             Seoane






jueves, 27 de junio de 2013

La Cita X

La segunda noticia fue la afirmación de una realidad que el no sabia, por el simple echo de que se había olvidado del asunto, y porque no le interesaba, aunque estaba directamente relacionada con el. La reciente y poco real relación de su padre con la doctora Hernández era el boca a boca en el mundo medico. Nuevamente el chisme lo traía Edgar, de boca de su mujer. Osvaldo, que para esa altura estaba bastante distraído poco le importo el contenido, mas bien lo que lo dejo despierto y curioso, con una mezcla de repudio y encanto lírico, fue el echo de cómo corría el chisme en esa ciudad.
 Los centros médicos eran mucho más que un lugar donde ciertas personas atienden pacientes y les brindan una calidad de vida mejor. Ese lugar es un submundo con sus propias reglas, con sus instituciones y sus vías de comunicación. Pensó que este submundo en particular era la fuente principal de chismes en el gran torrente social. Se asusto un poco al pensar en la retórica de la salud. ¿Era eso salud? Volvió a cuestionarse algunas cosas que no eran nuevas, y a sentir que su punto de vista era el correcto, pero eso no lo tranquilizo.
 Fue el momento y la energía el que no le permitieron enredarse en un sin fin de cuestionamientos mundanos y amplios, como esos que discutía con Javier. Igualmente no se contuvo y se lo comento a Edgar, el se lo tomo como lo que era: un comentario y nada más. Compartieron percepciones y la charla se generalizo. Algunos decían que Osvaldo exageraba,  otros compartían su posición. Se divertían discutiendo, era muy evidente, sus caras, sus gestos, sus provocaciones intencionadas en direcciones totalmente subjetivas y hacia personas concretas. Algunos se divertían a pleno, no ponían nada de corazón en la plática y podían ir de un lado al otro a su antojo, jugando con los diferentes puntos de vista. Osvaldo, que solía integrar este bando, podía sentir todo lo irritante que solía ser, porque su posición era muy cómoda e inequívoca. Como te digo una cosa te digo la otra y a eso el agregado de humor justo que deja en una especie de nebulosa al juicio vertido y lo adentra en el terreno de lo que no se sabe si es cierto.
Pasada con creces la sobremesa se crearon dos grupos, en el mas grande y bullicioso, estaban bastante ebrios, hablando a los gritos y sin oírse mucho, más bien respetándose ciertas pausas, donde nadie se escuchaba sino que simplemente hacia tiempo para buscar argumentos nuevos o más convincentes, que en realidad no eran escuchados sino que servían como pruebas de fe al propio orador. El otro, jugaba un truco, estaban más tranquilos pero no menos mamados. Eran parejas de 2, el que perdía salía y así se daba la circulación, la retroalimentación en estos grupos tan disímiles. En ocasión que le toco a Osvaldo, acompañado por Federico, pasar a la mesa fue que recibió de Agustín la última noticia, la tercera, la más linda de todas. Agustín se caracterizaba por saber los pormenores amorosos de sus amigos, recordaba nombres, caras y situaciones. El sabia exactamente de cada uno de ellos que clavos dolían aun y cuales quedaban por martillar.
En medio de una partida bastante conversada y aburrida, por la diferencia en el marcador, Agustín soltó la bomba:
-¿A que no sabes a quien vi el otro?- y miro de lleno a Osvaldo.
-Ni puta ida hermano, ¿a quien?- pregunto este mientras ojeaba las cartas por su parte superior una a una, primero para saber el palo y luego los valores.
- A Martina.
Osvaldo no preciso mucho más, sabia que Martina era por el interlocutor que le daba la noticia. Una alegría intensa le recorrió el cuerpo, su solo nombre era suficiente para alegrarlo, y al parecer no pudo disimularlo
-Si, si, tu Martina esta acá, y según me dijo se viene a vivir, es temporal, por el trabajo, esta en una especie de proyecto o algo así.
-Mira vos ché, bien por ella- comento Osvaldo en una falsa actuación, en un lugar donde no lo precisaba, y al darse cuenta remato- mándale saludos si las ves de nuevo.
Todos rieron, todos sabían, algunos más, algunos menos la historia de Martina. Ella era una especie de ángel para el, era una figura que veneraba como si no existiera, su relación fue muy corta, pero la intensidad de  cada uno de los momentos que vivieron la convertía en uno de los amores de Osvaldo, el más loco y zúrrela, instantáneo y fugaz, pero que de alguna manera se presentaba como el más honesto, en largas charlas con Agustín se lo había comentado. Lo extraño de todo aquello radicaba en que eran personas extrañas que de un segundo al otro habían abierto una brecha en el tiempo, un presente muerto en el incesante rodar de este mundo en el cual se aprovecharon al máximo y se amaron sin límites.
 
                                                                                                            tito

miércoles, 26 de junio de 2013

EL TÉMPANO ERIZO

una roca
un témpano macizo a mitad del camino
sobre ella un erizo
me presta atención con el lomo encrispado
envuelto en un moño brillante y rosado

intento enfilar para el otro lado
ya me sigue el bicho
respira en mi espalda su espesa mirada
allá hay otro sendero adiós adiós adiós

termina el sendero en el témpano erizo
ya me sigue el bicho
en este cansancio no existe el recaudo
allá hay otro sendero adiós adiós adiós

termina el sendero en el témpano erizo
cómo mira el bicho
acerco un cincel y un pequeño martillo
intento abrir el surco una vez más

saco de la roca miguitas de polvo
me espina el erizo
me espina rodillas brazos piernas manos
me rindo a otro sendero adiós adiós adiós

termina el sendero en el témpano erizo
se sonríe el bicho
clava su mirada y se sonríe el bicho
allá hay otro sendero adiós adiós adiós


La Gata Flora

martes, 25 de junio de 2013

Presión

Llorando el interno hacia adentro,
Sin mostrar sin explicar, miedoso, envenenado sin querer.
Argumentando sobre lo que no se puede, tapado de pensamientos
Gritos del cerebro
Está sediento, rogándose, perdiéndose
Y se vuelve lejano todo el paraíso que había hallado
Se despega del mundo  bueno, aparece la oscuridad…
Los sollozos derriten el avance
Deterioran el alcance, la visión se nubla
Se ve solo lo confuso, y nada más.  Nada más lejos, que acá.
Oprime grita ahoga.
Y vuelve a sentir, dolor.
Estremecimiento, en el rincón sumergiéndose en esto
En la misma mierda de siempre
Desespera, y ya no espera que algo mejor pueda llegar.
Triste y sin llanto
El pensamiento gana, triunfa. Siempre ante la verdad
Lástima… De querer ser lo que no se es
De querer sentir lo que uno no siente
De poder ver lo que uno no ve
Aceptación
Y todo empieza, todo fluye nuevamente,
El nudo se desata momentáneamente,

Pero siempre, vuelve. 

sábado, 22 de junio de 2013

Madrugada

 El aire está liviano y yo me pregunto
si hay poema sin peso de contrapunto:
quiero decir, si el sueño de la escritura
no precisa el dolor como apoyatura.

Pongamos que el poeta encuentra la cura:
¿no se vuelve el poema caricatura?
Es esta la obsesión que me envuelve ahora:
quisiera despedir a La Gata Flora.

Usted sabe bien quién es La Gata Flora
no es una mina que haya nacido ahora,
para ella es el dolor como un caramelo:
la endulzan la añoranza y el desconsuelo.

 Pongamos que el poeta encuentra la cura:
¿hay posibilidad de literatura?
Pregunta tonta pero perturbadora:
¿hay chance en mi escritura sin Gata Flora?

Disfrutar del dolor termina en la muerte
y todos convendrán que es la mejor suerte
abandonar la cómoda cueva oscura,
dejar atrás la idea de la locura;

pero el sol que se filtra por la ventana
y modifica el aire de la mañana
¿puede envolver también el sueño del arte
o se irá con la noche la mejor parte?

Para el poema que mueve, que pica y tienta
es el amor perdido sal y pimienta:
sin yo que se embellece, que sufre y muerde
la culpa y la pasión son lo que se pierde.

Pero qué bello el aire de la mañana
entrando a toda brisa por la ventana.
¿Traerá alguna palabra esta nueva aurora?
¿Habrá literatura sin Gata Flora?

La Gata Flora

viernes, 21 de junio de 2013

Zombieland

El descenso de un grande paga. 
La violencia paga. 
Un muerto paga. 

Medios, dirigentes y políticos compran y venden al mejor postor.

El problema hace rato dejó de ser el fútbol y ya ni siquiera es la sociedad. 
El problema es el que vende violencia, el que la consume y el que no dice nada.
Somos monos ciegos, sordos y mudos.

La violencia vende.
Y violencia es mentir, como dijo el Indio.

Zombies.
Zombies.
Y más zombies.

La sociedad de masas anestesiada con drogas genera violencia.
Que los dirigentes pagan.
Los medios compran.

Y vos, político... mirando de reojo sin decir nada.

the goat

jueves, 20 de junio de 2013

La Cita IX

notas de autor:

"la cita" es una historia que gira en un personaje Osvaldo. si alguien así lo desea se puede leer perfectamente toda la secuencia, que obviamente mantiene un hilo conductor. de lo contrario, invitamos al lector a leer cada entrega como algo separado, entregas puntuales con vida propia, atadas o no a una historia más amplia que puede o no existir, en este caso si existe.


Poco a poco fueron llegando, y con cada uno llegaba el calor personal de el encuentro, que no importa cuan reiterativo o similar suela ser, siempre es hermoso y lírico. Abrazos efusivos, caras cómplices, peleas falsas, cachorros que juegan a morderse. Un clima de fiesta y camarería se apodero de todos y de cada uno de ellos. Un rico whisky regaba las charlas, los soltaba poco a poco, despertando aun más sus emociones y los ponía propensos a las mil y una anécdotas que si bien todos conocían no podían parar de festejar. Como la vez que Gustavo, Antonio y Edgar habían salido en moto, los tres en la misma, vestidos de viejas, tocando bocina y gritando, revoleando paraguas. Era una imagen zúrrela que abrocharon de una manera épica, con una locura digna de estos tres personajes, agarraron por la principal contramano, esquivando autos y con la bocina al mango, al grito de cualquier emoción que les cruzara la cabeza. “Jajajaja, que hijos de puta, y te acordás que cuando llegamos a la pizzería “Manolo”, salio un milico haciendo señas, – el imito al policía, cruzando las manos sobre su cabeza retiradas veces- y ahí doblamos y nos dimos a la fuga”.
Osvaldo estaba muy distendido, estar con sus amigos era un placer, le reportaba una alegría intensa. En este estado que podría adjetivarse como “de gracia” Osvaldo escucho en el correr de la noche tres noticias. Si bien eran todas de diferentes sujetos y situaciones, el sentía que estaban todas conectadas, lo estaban, pero no de la manera que el creía, de una manera trascendental o con carácter de presagio. Simplemente que el conocía a los actores y basaba la conexión en eso. Creía ser el eje, más bien en las dos últimas noticias.
La primera la largo Edgar, en un momento, sin muchas vueltas. Mientras charlaba con Antonio de gente que hacia tiempo no veían, se acordaron de Javier Vespucio, el hijo de la directora de la escuela. Si bien no era su amigo, tenían, muchos de ellos, un gran cariño y relación especial con Javier, algunos por los deportes otros por la noche. Osvaldo lo estimaba mucho por ser un tipo conocedor de la vida, si bien no era un erudito, era de esas personas que van haciendo sociología espontánea con mucha calidad, con mucha paciencia y sobre todo respeto. Javier era de esos que suelen escuchar mucho, respetar y prestar atención a los detalles. Solían tomar cerveza en alguna barra, cuando la vida los juntaba, y con ese pequeño ritual mantenían el vínculo. Intercambiaban información personal y sobre todo percepciones puntuales sobre asuntos públicos o problemas a gran escala. 
Javier, por cuestiones de trabajo no vivía en la cuidada y la noticia que tenia Edgar, alguien de fiar en esto, no solo porque no ser uno de esos que mienten o agrega condimentos, sino porque la misma información provenía de su señora, colega y amiga de Javier. Al parecer lo habían echado del hospital donde trabajaba. El hospital pertenecía a una importante mutualista o corporación medica, era un trabajo al cual uno aspira a conseguir. Según contaba, Javier estaba en medio de algunos vaivenes emocionales fuertes que terminaron con inyecciones de morfina en sus brazos. Al principio lo hacia en su casa, en sus ratos de ocio, para escapar al dolor. Pero ese no era el problema, porque por un tiempo pudo llevar su afición sin ningún problema, no era raro en los enfermeros, según contaba Andrea, la mujer de Edgar, era mucho más normal de lo que se pensaba. El gran problema fue cuando en una guardia nocturna una nurse lo encontró en pleno acto.

Si bien la noticia impacto a todos, algunos de ellos siguieron dándole cuerda al asunto un poco más. El común sentir era como una persona como Javier, estable, centrada, con objetivos claros había podido perderse así, al punto de estar consumiendo en el trabajo. Sin dudas que sus problemas debían ser muy fuertes, era raro. El tenía un asunto con su mujer y otro con la madre de su hijo, pero nunca se hubieran imaginado la magnitud de estos. Osvaldo y Edgar, muy tocados, quedaron en que iban a comunicarse con el.

                                                                                                                  tito

miércoles, 19 de junio de 2013

El tiempo y el silencio

Somos dos niñas con pasados diferentes pero orígenes comunes, dos niñas cómplices, traviesas, inquietas, unidas.
Crecimos.
El destino y los intereses nos separaron, tomamos caminos y decisiones diferentes.
Nos cruzamos, nos saludamos con un beso casi como desconocidas.
Hoy, diez, quince años después nos encontramos, las dos, cara a cara en una situación intima y por momentos incomoda, donde ambas vidas contrastan a la vista de cualquiera. Estamos entre cuatro paredes blancas, un ambiente frio, poco acogedor; ella mira al vacio, yo a ella, siento que la vida le pasa por delante hace mucho tiempo pero ya no le importa. Por un momento me siento bien estando de este lado, ser un contraste de esa persona que tengo enfrente, que probablemente no sepa que yo estoy ahí. Me enfoco en ella y trato de transmitirle algo casi imposible; animarla y decirle que tiene que mejorar; no le digo lo mucho que la he extrañado, decido esperar la próxima visita.
El silencio es interrumpido

- ya paso media hora, tiene que descansar.

Me despido y salgo a la calle; el viento frio me pega y pienso el tiempo que ella lleva sin sentirlo.

martes, 18 de junio de 2013

El amigo


El amigo le comentaba que su escrito era la viva imagen de su talento. Degustó el comentario como quien saborea una seta venenosa. Sabía que aquello era una caricia ponzoñosa, de esas que se permiten en el ejercicio lúdico de la amistad. Lo invitó al balcón, lo convidó con uno de sus puros y bajo una nube de humo ambos contemplaron el valle lindado por el arroyo. Aquel paisaje bucólico era una postal en negativo del alma de aquel hombre, que como enfermedad, sentía como la envidia navegaba por sus venas y calaba hasta los huesos. Sabía que su pluma nunca igualaría a la de su amigo. Dejó de pensar, distrayéndose con el volar de un pájaro sobre el arroyo. Se lo señaló a su amigo. Éste se apoyó sobre la baranda del balcón y con su mirada buscó el ave. El hombre, con ambas manos, tomó a su amigo por los tobillos y lo levantó hacia arriba, haciéndolo caer desde la terraza. Acabó su puro contemplando la inmensidad del valle, limpió las cenizas de la baranda y entró de nuevo a la casa.
Maldoror Le Fou 

sábado, 15 de junio de 2013

Montevideo


Eso somos,
hijos de mugre y viento
championes descalzos
pisan escupidas baldosas
de alimentadas palomas

De ahí venimos,
de un puerto perdido
de una empresa fundida
del rencor desesperante
de la alegría exprimida

El sur soy,
no, no soy más que viento y sal
hechizo gélido
feroz corrosión
testigo único, de mi dolor

Gentes enfermas
abatidas, deprimidas
de billeteras munidas
tan ajenas que se estrellan
contra muros de estupor

Mañana habrá calor
la mugre acumulada
mostrará su hervor
el dulce aroma de la putrefacción
dormiré por siempre cubierto de cartón

                                              El Barba

jueves, 13 de junio de 2013

Fin del camino

¿Por qué?  ¿Ya? Es el mejor libro que jamás leí. Ningún otro nunca podrá superarlo. ¿Por qué llegó a su fin? Quiero  seguir leyendo, alimentarme de estas palabras... ¡pero no! Porque ya terminó. Toda historia tiene un final, aunque ni yo ni vos lo queramos confrontar.  Podría volver a leerlo pero no será igual. Es una realidad y pronto lo voy a superar  pues, aunque no quiera, no hay más opciones. Así como quien muere nunca más regresará. Lo acepto. Pero cuando no existe un autor que me obligue a dejar de leer difícil se me hace parar. Busco otras alternativas, una solución, mas vuelvo al mismo lugar. Descubro, o redescubro, que no soy ni fui dueña de nada.Hoy se escapa. Me volví sumamente dependiente ¡no quiero llegar al final!¿Todo ha sido en vano? Tantas líneas, tantos versos para luego quitármelos dejándome vacía. No lo creo. Yo aprendí, crecí, me transformé. Llené mi corazón de esa magia, belleza inconfundible. Es por eso que hoy lo acepto. Me desapego. Cambio el miedo por la curiosidad de lo nuevo, lo que desconozco… ¡Ay no! ¡Nunca habrá nada mejor! Me desespero y leo nuevamente las últimas páginas. Las releo. Vos riéndote de mí abrazando tu vieja biblioteca. Que imbéciles somos.  


                                                                                                   Mariana

martes, 11 de junio de 2013

Siendo Horacio


De pronto fui siendo Horacio. Mi barba y mis cabellos cobraron la forma de los suyos. Caminé varias cuadras, con ojos locos pegados al suelo, hasta el anticuario más cercano. Allí, entre unos trastos viejos descubrí lo que quería. Ahora en mi habitación escribo este manuscrito, absorto entre la niebla del cigarro. De tanto en tanto tomo mi escopeta y limpio su cañón, procurando no ensuciar su boca. En cada contacto con ella, coqueteo con la idea de mi muerte. Pero la molestia que significaría limpiar mis sesos del tapiz nuevo, me desvía de ese pensamiento. Para eso tengo preparada mi limonada sobre el escritorio, perfectamente aderezada con una pizca de cianuro. Es cuestión de tomar la decisión definitiva y lanzarme de lleno a la deriva. Previo a ello, imaginar una tragedia auténtica, como el haber tomado distraídamente el arma y haberla disparado accidentalmente, ocasionando la muerte de mi madre, que me acaba de traer la cena.
Mr. Q.

sábado, 8 de junio de 2013

El intento

Respiro.


Respiro.


Respiro.


Respiro.


Respiro.


Respiro.


Respiro.

                                                                                          La Gata Flora

viernes, 7 de junio de 2013

Recordaremos

Escondiste
los ojos
en la cebolla
para no verte llorar
Antes
habías detenido
el curso de la cuchilla
en las verduras
y ahora volvía a reanudarse
como una maquina de coser
zurciendo el silencio
Tenías suerte pensé
que desconocemos
el sonido de las lágrimas
cayendo
y que las inundaciones
son los desastres
más silenciosos
que puedan imaginarse

Era el mismo día
en que te imaginé
llorando
enfrente a La Piedad
Mi voz temblaba
todavía
y los dos recordaremos
el silencio
después de Onetti
como
dos piernas
cansadas de su peso
o si el silencio estuviese
a punto de parir algo
tan parecido
al silencio

Es cierto
que las palabras
no abundan en momentos
como ese
pero vos dijiste
que había
una
capaz de nombrarlo
un matrimonio funcional
y acorde entre
significante y significado
como al limpiarse de una culpa
se le llama expiación
o usamos el nombre de dios
para significar el amor perdido
¿Qué habrá sido de esa palabra?
¿En qué lugar la habremos olvidado?

A veces tía es mejor
cerrar el puño sobre lo aprendido
sin importar el resto
de los pájaros volando:
que el mundo es un lugar
triste y maravilloso
y que la belleza espera
en los rincones menos
esperados


                                                       Seoane

jueves, 6 de junio de 2013

CUANDO DUELE

Tu estás ahi y se te viene encima, todavía no entendés que cosas lo provocan, estás tu y está él, no hay modo de defenderse, yo ya no estoy.
Solo queda él.
Es demasiado fuerte, sentís como se te despega desde la médula para abarcarte por completo, lento pero constante. Sabés que no lo podés dejar salir. Aguantás la respiración, te abrazás las rodillas con una fuerza capaz de detenerte la circulación.
Sos tu propio escudo. Sabés que no lo podés dejar salir.
Reduciéndote en la oscuridad, como si quisieras desaparecer. La oscuridad suspende todo, no hay nada que en la oscuridad pueda convertirse en realidad.
La mente no te deja en paz, lo sentís todavía en la garganta como una dulce hendidura que raja, que arde.
Sos tu propio escudo.
Sabés que no lo podes dejar escapar.
Inmóvil.
Ruido a nada.
Formas ciegas.
Se ha marchado, ya no existen pensamientos en tu interior, sólo sensaciones, en el silencio más absoluto de tu mente...

Lo has logrado.

miércoles, 5 de junio de 2013

Con el pan y con la torta.

   Todo comienza una mañana como tantas otras en la que uno labura trasnochado. Ese día me tocó hacer desayuno en el bar del hostel, cosa que no me sucede asiduamente pero viendo la posibilidad de tener la noche libre parecía una gran idea. Preparar el desayuno es un trabajo sencillo, aprontar café, te y basicamente nada más que estar toda la mañana escuchando música sin mucho para ver. Para mi sorpresa esta mañana iba a ser diferente.
   Cerca de las 10 a.m entran al bar un grupo de chicas de las cuales me llamó mucho la atención una de ellas. Pelo negro intenso que le hacía resaltar su tez blanca y sus hermosos ojos color miel, una boca de esas que te dan ganas de acariciarlas suavemente con tus labios y perderte en un beso de nunca acabar, para que hablar de su cuerpo perfecto si lo que realmente me encantó fue su sonrisa angelical de una chica de no más de 20 años.
   A la noche, ingenuamente pensaba en que iba a ser mejor no salir devido a que me sentía un poco cansado tras la seguidilla de salidas día tras día. Pero no era cualquier día, ¡Era Sábado! y como plus, para mi grata sorpresa ella se encontraba ahí tomando algo con sus amigas.
   Fue una noche tranquila para el bar ya que no había mucha gente hospedada en el hostel en ese momento. Pensé que era una buena posibilidad de estar con esta ella ya que no tenía mucha competencia. Las horas pasaron, nada pasó más que un beerpong y alguna conversación corta la cual me permitió saber que ella era de Francia. Cuando me refiero a conversación corta no es porque no me haya dado cabida ni tampoco que lo haya hecho, sino que se debe a que me mantengo en la tesitura de aplicar la Táctica Camaleón.
   Llegada la hora emprendimos viaje hacia el club Mama Africa en el cual ni bien llegué me encontré con una chica de Argentina (me encantan las argentinas) que labura ahí, con la cual me había estado besando la noche anterior pero no pasó a mayores.

Mari - ¿Qué haces boludo?
Ranga - Joya. ¿Vos? No fuiste nada para el hostel ayer a la noche al final..
Mari - Estaba re borracha no me dió, pero hoy si queres me voy con vos cuando termine de laburar.
Ranga - Dale, nos vemos más tarde.

   Volví con el grupo de gente que había salido y se acerca una amiga de las chicas de Francia y me dice que soy muy lindo en un español un poco forzado, pero que logre entender. Me hice el boludo, le dije que ella también pero no intente nada ya que mi cabeza estaba puesta en su amiga.
   Aplicando la Táctica Camaleón y sin ser lento ni perezoso la saque a bailar, baile va, charla viene, comenzamos a besarnos. En un momento en el cual estoy con ella veo que Mari me estaba mirando a lo cual sinceramente no le presté mucha importancia porque "la cagada" ya estaba hecha. Al rato me la crucé y me dice que me vió con la otra chica y que había perdido mi oportunidad de irme con ella.
   Regresé a bailar con mi chica y en un momento se acerca otra nena (Inglesa) que había conocido la noche anterior en el hostel pero solo habiamos estado charlando, le pide perdón a mi chica y me lleva de la mano a través de la pista. En realidad solo me llevó a donde estaba su otra amiga para que la saludara y luego regresé. Escena de celos de por medio y ya no me quería ni dar un beso. Por un instante pensé en que me había quedado sin el pan y sin la torta pero acudí al típico chamuyo, "yo no soy así, solo quiero estar contigo y bla bla bla". Por suerte dió sus frutos, recuperé la torta y para mi sorpresa un rato después recuperaría el pan..

Mari - Me tenés re caliente. Quiero cojer contigo, vamos al baño ya!
Ranga - A la mierda. ¿No era que había perdido?
Mari - Si, pero te vi con esta otra mina como la besabas y me calentaste. Vamos al baño! -y me jalo de la mano-
Ranga - No voy a ir a cojer al baño porque conozco al administrador de acá y no quiero tener problemas. Si quieres nos vemos mañana.
Mari - Bueno está bien pero porque mejor no te vas con esta chica al hostel y regresas a las 06.30 que termino de laburar y vamos a cojer.

Creo que no debo explayarme mucho más en lo que sucedió al retornar al hostel con la francesa ni cuando volví por la argentina, lo único que me queda por decir es que la historia continua al día siguiente en el baño de Mama Africa...

                                                                                                                                           Ranga

martes, 4 de junio de 2013

El carpincho valiente

No es fácil la vida del carpincho, se te conoce como rata grande. Y eso que somos mil veces más astutos y temerarios. Si desconfían, presten oído a la historia del kapi'ÿva py'aguasu (carpincho valiente). Dícese de este pariente que andaba perdido y fue a parar a orillas del Paraná, justo adonde aflora la correntada más bravía. Al ser bestia poco paciente, pecó de ansiosa y se largó a cruzar. No pudo con la correntada que lo arrastró río abajo. Desembocó en una playa, de la que había escuchado hablar. Era aquel lugar territorio de anaconda. Pariente obvió la leyenda y caminó por ahí como perico por su casa. Pronto estuvo cara a cara con anaconda, que a lengua afuera se le plantaba enfrente. Pariente no era de los que se echan pa’ atrás, plantó sus cuatro pezuñas en la arena y esperó firme la arremetida de la bicha aquella. Pariente fue tragado en un santiamén, pero nosotros recordamos su proeza, pues dio empache a aquella víbora y le dio muerte desde dentro.
Capibara

domingo, 2 de junio de 2013

Elixir

Estoy yo, estas vos, estamos los dos.

Estamos como están aquellos que solía ver en las películas de Hollywood, en las que el tiempo parece no importar, en las que no existen horarios ni quehaceres  que priven de hacer lo que dicta el corazón, y nada más.

No sé ni en qué día vivo, no sé si pararme a preparar un desayuno, un almuerzo…es como si nada nos hiciera falta, nada de afuera de esta habitación que nos lleve a alejarnos de este mar de suspiros y piel eterno.

Me imagino a alguien en busca de un parte, que lograra captar mi atención y robarme dos minutos de este tiempo (que es solo nuestro), que me detenga a preguntarme en qué puto día estoy, a que puta hora estamos, en qué carajo estamos pensando (con ese tono de desentono). Capaz un par de meses atrás (si es de meses que estamos hablando, ya que ni certeza para contestar a eso tengo) hubiera agachado mi cabeza, marcado salida y vuelto a mi sinfín de dolores de cabeza y exigencias y hubiera admitido que estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado, con la persona equivocada. Me imagino a mi vieja esperándome con un paraguas (si, llovía. Como todo el gris de esos días) y su cara de “más que satisfecha” y su suspiro de alivio (¿Alivio para quién?...).  Y así yo, como muchos otros  y algunos tantos, hubiera puesto mi mejor cara de mona lisa, agarrado la agenda, subido al auto y habría arrancado. No hubiera tenido ningún tipo de complicaciones (salvo aquellas que hoy parecen ser complicadísimas como sacarte buena nota, volverte importante tener un lindo rancho y un auto que brille), siguiendo horarios, bañándome a la misma hora todos los días, lavando la ropa los días pautados, siguiendo una dieta que evite quitarme tiempo en las góndolas tratando de solucionar mi comida del día. Pero si hay algo que me enseñaste, es que en ese tiempo, no tendría tiempo, para mí.

Fue así que decidí olvidarme del paraguas, del auto, de la agenda, del lavarropas, de la dieta y de las buenas notas. Fue en ese día que me agarraste de la mano y yo no la solté y elegí escaparme con vos…y conmigo. No sé que me hizo tomarme ese taxi, bajarme en esa estación  y subir a ese tren sin ni siquiera saber adónde íbamos. Solo sé que tenía tus manos, tus ojos  y tu voz, y en ese momento era la única seguridad que quería tener.  Me dijiste que tenías un regalo para mí y me diste ese block de hojas caballito, me miraste (con esa mirada que me llena) y me dijiste que ahora iba a poder hacer lo que siempre quise: pintar. Y nunca más me dejaste ir. Y ahí entendí, que ese era el lugar, el momento, y la persona con la que tenía que estar. En ese momento, me olvide de todos los pretextos. No necesitaba horas, no necesitaba direcciones, solo necesitaba quedarme ahí, con tu voz y tus manos dándome el vuelo que todos alguna vez imaginamos. El vuelo a ser aquella niña que leía libros sobre DaVinci, Picasso, el gran García Marquez y se perdía en sus pinceles y acuarelas.
Fuimos mi primer pintura, y mi preferida también. Mi refugio. Me hiciste ver el verdadero color de las cosas, sentir los olores, escuchar el silencio. En esta habitación con vos, elijo quedarme y elijo seguir escuchando tu música, degustando tus labios. Si ese  fulano, en busca de un parte, viniera hoy, le diría que en mi vida ya no hay lugar para incertidumbres, remordimientos ni compromisos más que con nuestros corazones. Mi vida se completa con respuestas y certezas, se completó en esa tarde, en esa estación, en ese tren...en esta pincelada de vos.

                                                                                                Zoe