De pronto fui siendo Horacio. Mi barba y mis cabellos cobraron la forma de los suyos. Caminé
varias cuadras, con ojos locos pegados al suelo, hasta el anticuario más cercano. Allí, entre
unos trastos viejos descubrí lo que quería. Ahora en mi habitación escribo este manuscrito,
absorto entre la niebla del cigarro. De tanto en tanto tomo mi escopeta y limpio su cañón,
procurando no ensuciar su boca. En cada contacto con ella, coqueteo con la idea de mi
muerte. Pero la molestia que significaría limpiar mis sesos del tapiz nuevo, me desvía de ese
pensamiento. Para eso tengo preparada mi limonada sobre el escritorio, perfectamente
aderezada con una pizca de cianuro. Es cuestión de tomar la decisión definitiva y lanzarme de
lleno a la deriva. Previo a ello, imaginar una tragedia auténtica, como el haber tomado
distraídamente el arma y haberla disparado accidentalmente, ocasionando la muerte de mi
madre, que me acaba de traer la cena.
Mr. Q.
exelente Mr Q, me encantan los martes de cortos
ResponderEliminares bueno!ceci
ResponderEliminarEs muy bueno.
ResponderEliminarcomparto con tito esta re bueno los martes en mil caracteres, se podría implementar una semana de textos así. Le dan un golpe mas importante a cada palabra, me gusta.
Ser Quiroga, qué sal. No tengo nada más que agregar. Muy muy bueno!
ResponderEliminarque bueno che! me re gusto
ResponderEliminardani