jueves, 12 de diciembre de 2013

El sueño

Fue una tarde de primavera que me senté debajo de la anacahuita del patio de casa, cuando me quedé dormida para presenciar el sueño más sentido que pude haber tenido en años…
Una mujer de fuga, despeinada y sensual sentada en el living de su casa dialogaba con su pareja, un hombre robusto con cara de culto deprimido, resignado y abatido; sobre el destino de su relación.
Se miraban a los ojos, mientras el silencio se apoderaba del ambiente, haciendo perder la calma. Ella sacudía su pierna izquierda de forma inquieta por debajo de la mesa mientras él le hablaba sin palabras, diciéndole todo.
Él se paró y le tomó por el brazo sin ejercer sonidos
Se besaron luego de cinco eternos minutos de calma desesperante, y enseguida prosiguieron los sollozos de la mujer.
Se había acabado, él ya no la sentía como antes y se creía mejor sin ella. 
Se lo comentó con un nudo en la garganta, sin intenciones de querer causarle dolor, provocándolo de todas formas.
Me desperté con una sensación de angustia con un lambetazo de mi perro en la cara, y los cuadernos tirados al lado.
Y pensé:
Aquel sentir se moría, desgastado
¿Pero por qué? Porque algunas cosas tan solo mueren, caducan o simplemente se desvanecen.
Claro que ardía en la piel pero qué se le podía hacer… en los días de potente lluvia el fuego muere.
Había promesas de perfil largo y punta de reproches, que ya no servían.
Ahora el retorno a sus nuevas y antiguas vidas de camas mundanas,
 A besos con menos gracia que comer pan dulce un veinti tanto de mayo…
Quizá no volvieran a cruzarse jamás en sus vidas; pero en tal caso... ¿Cómo debiera ser su despedida?
Él seguramente escoja por largarse nomás, como si del fin del amor no se tratara y el día siguiente fuese un día cualquiera.
¿Pero y ella?
Es un enigma…
Pudiera ser que lo abandonase a él, cual si fuese un putrefacto cuerpo muerto,
 O pudiera también que siempre despida una lágrima cuando llegase el anochecer y pensase, que después de él, sin importar quién le acompañe a la cama,
Dormirá sola, 
Violenta y tierna.


                                                                                                       Anonima