Estoy yo, estas vos, estamos los dos.
Estamos como están aquellos que solía ver en las películas de Hollywood, en las que el tiempo parece no importar, en las que no existen horarios ni quehaceres que priven de hacer lo que dicta el corazón, y nada más.
No sé ni en qué día vivo, no sé si pararme a preparar un desayuno, un almuerzo…es como si nada nos hiciera falta, nada de afuera de esta habitación que nos lleve a alejarnos de este mar de suspiros y piel eterno.
Me imagino a alguien en busca de un parte, que lograra captar mi atención y robarme dos minutos de este tiempo (que es solo nuestro), que me detenga a preguntarme en qué puto día estoy, a que puta hora estamos, en qué carajo estamos pensando (con ese tono de desentono). Capaz un par de meses atrás (si es de meses que estamos hablando, ya que ni certeza para contestar a eso tengo) hubiera agachado mi cabeza, marcado salida y vuelto a mi sinfín de dolores de cabeza y exigencias y hubiera admitido que estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado, con la persona equivocada. Me imagino a mi vieja esperándome con un paraguas (si, llovía. Como todo el gris de esos días) y su cara de “más que satisfecha” y su suspiro de alivio (¿Alivio para quién?...). Y así yo, como muchos otros y algunos tantos, hubiera puesto mi mejor cara de mona lisa, agarrado la agenda, subido al auto y habría arrancado. No hubiera tenido ningún tipo de complicaciones (salvo aquellas que hoy parecen ser complicadísimas como sacarte buena nota, volverte importante tener un lindo rancho y un auto que brille), siguiendo horarios, bañándome a la misma hora todos los días, lavando la ropa los días pautados, siguiendo una dieta que evite quitarme tiempo en las góndolas tratando de solucionar mi comida del día. Pero si hay algo que me enseñaste, es que en ese tiempo, no tendría tiempo, para mí.
Fue así que decidí olvidarme del paraguas, del auto, de la agenda, del lavarropas, de la dieta y de las buenas notas. Fue en ese día que me agarraste de la mano y yo no la solté y elegí escaparme con vos…y conmigo. No sé que me hizo tomarme ese taxi, bajarme en esa estación y subir a ese tren sin ni siquiera saber adónde íbamos. Solo sé que tenía tus manos, tus ojos y tu voz, y en ese momento era la única seguridad que quería tener. Me dijiste que tenías un regalo para mí y me diste ese block de hojas caballito, me miraste (con esa mirada que me llena) y me dijiste que ahora iba a poder hacer lo que siempre quise: pintar. Y nunca más me dejaste ir. Y ahí entendí, que ese era el lugar, el momento, y la persona con la que tenía que estar. En ese momento, me olvide de todos los pretextos. No necesitaba horas, no necesitaba direcciones, solo necesitaba quedarme ahí, con tu voz y tus manos dándome el vuelo que todos alguna vez imaginamos. El vuelo a ser aquella niña que leía libros sobre DaVinci, Picasso, el gran García Marquez y se perdía en sus pinceles y acuarelas.
Fuimos mi primer pintura, y mi preferida también. Mi refugio. Me hiciste ver el verdadero color de las cosas, sentir los olores, escuchar el silencio. En esta habitación con vos, elijo quedarme y elijo seguir escuchando tu música, degustando tus labios. Si ese fulano, en busca de un parte, viniera hoy, le diría que en mi vida ya no hay lugar para incertidumbres, remordimientos ni compromisos más que con nuestros corazones. Mi vida se completa con respuestas y certezas, se completó en esa tarde, en esa estación, en ese tren...en esta pincelada de vos.
Zoe
Te soy honesta (como siempre), me cuesta encontrarte entre estas palabras. No sé si soy yo que no puedo ir más allá de ellas, no sé si son ellas que me confunden, o capas porque así sos vos... tan clara en algunos momentos y tan amorfa en otros.
ResponderEliminarEntre encuentros y desencuentros, me encantó! Te felicito por este gran salto y por regalarte a vos misma cada vez más tiempo, tu tiempo.
Te quiero mucho!
Gracias Gior, por tu opinión siempre tan critica. Me alegra que te haya gustado!
Eliminarque bueno leer otra pluma en el toman, ayer no entre y me perdi este texto de domingo, muy lindo, siga así, la esperamos
ResponderEliminarsaludos
Me pareció un relato muy lindo y me pone muy contento ver gente que encuentra un espacio en el toman pa publicar las cosas que escribe y que siente y piensa.
ResponderEliminarDoblo la invitación de tito. La esperamos.
Bueno yo soy otro que llega el lunes a leer este lindo texto, que se tiene que leer con atención, para seguir el hilo y empaparse en lo que se esta contando. Me gusto y quiero decir que despues de una junta de la directiva del toman se ha decidido mantenerlo también el lunes en primera plana.
ResponderEliminarNo sé como describir mi sentir mientras leía el relato."Elegí escaparme con vos...y con migo", qué intenso, todo el texto. Me gustó mucho ¡bien que se mantenga en primera plana!
ResponderEliminarMari
Me alegra que les haya gustado!!
ResponderEliminarQue decir que no hayan dicho! Me gusto mucho de principio a fin.
ResponderEliminarTe esperamos cuando gustes. Salú
Es sencillamente genial.
ResponderEliminarllegué tarde, pero me pareció magnifico, salú por Zoe!
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