martes, 5 de junio de 2012

VII. La verdad del bufón (Obra "La Verdad")


FRAGMENTO DE “La Verdad”

VII.
La verdad del bufón

El bufón, Pierrot, payaso o como quieran llamarle, se encuentra rodeado de niños que saltan en un pie alegremente. Sólo uno de ellos se abstiene de este juego y se mantiene sentado en un rincón, con la cabeza entre los brazos, sollozando desconsoladamente.

Joven:- Pequeñas mentiras…

Verídica:- Pequeñas e inofensivas mentiras… estamos ante un bufón, en su esencia está el divertir, y para hacerlo, debe mentir… ¡estamos ante un auténtico mentiroso, con sus palabras sinceras y valientes, su magnífica irresponsabilidad, su desprecio natural y sano hacia toda prueba! ¡Uno de los seres más vitales para sus sociedades! ¡Creador de mentiras pícaras, desinteresadas, infantiles, que poseen sus evidencias en sí mismas, cuyo único fin es el de ser mentira! ¡Un verdadero artista de la mentira! ¡El oficio más serio de toda la nación! (aplaude)

Joven:- ¿Por qué tanta alabanza a un simple payaso?

Verídica:- ¡¿Simple payaso?! ¿Acaso no ves lo hermoso de ese ser que vive enteramente para los demás? Su única meta es lograr el goce del prójimo… observa a sus tiernos aliados… despertarían una carcajada en el más amargo de los hombres… ¡Venga! ¡Vayamos a su encuentro!

Verídica sale corriendo y el joven la sigue. A su encuentro sale el bufón con sus risueños secuaces y empiezan a juguetear con los recién llegados. Han tomado al joven de punto, pues su semblante es serio y petulante y el objetivo de estas criaturas es robar risas de las formas más descaradas.

Bufón:- ¡Hola!

Verídica:- ¡Hola!

El bufón se pone a imitar todos los movimientos de Verídica, que participa en su juego felizmente y desafía con sus movimientos al bufón. Mientras, el joven es asediado por los pequeños que le gastan bromas. Verídica y el bufón ríen a costas del joven y estallan en carcajadas cuando éste se enfurece cada vez más.

Bufón:- Niños… ¡Niños, deténganse! ¡Denle un respiro al pobre!

Los niños finalmente se detienen. El joven está en el suelo rabiando. El bufón se acerca y le ofrece la mano para levantarlo, el joven la toma y se electrocuta. El bufón, verídica y los niños estallan en risas. El joven se aleja furioso y se sienta donde encuentra un par, el niño melancólico que contemplaba la escena.

Bufón:- Tu amigo no se toma muy bien las bromas…

Verídica:- Tiene un pésimo sentido del humor…

Bufón:- El más alto de los sentidos…

El bufón y Verídica se sientan enfrentados y los niños se sientan junto a ellos.

Verídica:- ¿Cómo te llamas?

Bufón:- Pagliaci… ¿y usted?

Verídica:- Verídica… ¿y ustedes?

Los niños inventan diferentes nombres. Uno a uno se van acercando a la oreja de Pagliaci, que hace voz de todo lo que le comentan. Pasa un niño…

Bufón:- Verídica, sabía usted que los melocotones crecen más en contacto con la sal…

Pasa otro niño…

Bufón:- Verídica, sabía usted que las nubes son en realidad algodones de azúcar y que son las golosinas de los dioses, si un día está sin nubes es porque los dioses glotones se las han comido todas y si un día es nublado es porque los dioses están empachados…

Pasa otro niño…

Bufón:- Verídica, sabía usted que si uno aguanta durante mucho tiempo la respiración, después de un rato ya no necesita del aire…

Verídica:- Mmm… Lo voy a intentar.

Verídica empieza a contener la respiración, el bufón y los niños sonríen. En eso se acerca el joven de la mano del niño de cara melancólica, Verídica ya no puede más y su cara está roja e hinchada…

Joven:- ¿Y de tu hijo no te vas a ocupar?

Verídica finalmente resopla y recupera aire. Todos se paran.

Bufón:- Jaja… ese no es mi hijo.

Verídica:- (al oído del joven) Es su yo verdadero…

Bufón:- Les voy a contar algo… como deben saber, más de un niño nace con un don espontáneo de imaginación, que si se alienta, podría llegar a ser algo genial y maravilloso. Pero en general, el niño no llega a nada o se acostumbra a la exactitud o se dedica a perder el tiempo con adultos o personas bien informadas. Así, en muy poco tiempo mata su imaginación y empieza a decir la verdad. Esto le pasa a este niño, lo dejé ser libre y miren en lo que se convirtió… en un adulto infeliz.

Joven:- Pero él eligió ser así, por tanto es verdadero… no va en contra de su condición, no pretende ser lo que no es… no como usted, que se hace el niño despreocupadamente.

Bufón:- Él elige ser así, pues que lo sea… yo ya lo intenté divertir, es imposible… Miren…

El bufón emplea todo tipo de morisquetas y gags cómicos, pero el niño mantiene su mirada triste.

Joven:- No todo en la vida es reír… a veces, es sano llorar…

Bufón:- ¡No digas esa palabra! ¡Niños, tápense los oídos!

Joven:- ¿Cuál? ¿Llorar? ¿Llanto? ¡¿Tristeza?!

Bufón:- ¡Basta! ¡Es insoportable!

El bufón se resiste pero finalmente se desarma en llanto, llora y llora desconsoladamente.

Bufón:- ¿Y quién me hace reír a mí? Yo vivo para encontrar risas en los demás… pero ¿quién se anima a divertirme? Hace años que soy un chiste, si lo pienso… lloro…

El bufón llora desconsoladamente, los niños ríen inocentemente. El niño de semblante melancólico se acerca y lo abraza y lo consuela. Los otros niños dejan de reír y contemplan serios. El bufón abraza con fuerza al niño. Verídica hace seña al joven para largarse de allí y lo hacen.

Elugo

3 comentarios:

  1. esta bueno che, me gusta este estilo teatro
    salud a este emprendimiento y a vos elugo, salud

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  2. que lindo, me imaginè.

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  3. Te sigo. El joven debería tener nombre!

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