FRAGMENTO DE “La Verdad”
VII.
La verdad del bufón
El bufón, Pierrot, payaso o como quieran
llamarle, se encuentra rodeado de niños que saltan en un pie alegremente. Sólo
uno de ellos se abstiene de este juego y se mantiene sentado en un rincón, con
la cabeza entre los brazos, sollozando desconsoladamente.
Joven:- Pequeñas mentiras…
Verídica:- Pequeñas e inofensivas mentiras… estamos ante
un bufón, en su esencia está el divertir, y para hacerlo, debe mentir… ¡estamos
ante un auténtico mentiroso, con sus palabras sinceras y valientes, su
magnífica irresponsabilidad, su desprecio natural y sano hacia toda prueba! ¡Uno
de los seres más vitales para sus sociedades! ¡Creador de mentiras pícaras,
desinteresadas, infantiles, que poseen sus evidencias en sí mismas, cuyo único
fin es el de ser mentira! ¡Un verdadero artista de la mentira! ¡El oficio más
serio de toda la nación! (aplaude)
Joven:- ¿Por qué
tanta alabanza a un simple payaso?
Verídica:-
¡¿Simple payaso?! ¿Acaso no ves lo hermoso de ese ser que vive enteramente para
los demás? Su única meta es lograr el goce del prójimo… observa a sus tiernos
aliados… despertarían una carcajada en el más amargo de los hombres… ¡Venga!
¡Vayamos a su encuentro!
Verídica sale
corriendo y el joven la sigue. A su encuentro sale el bufón con sus risueños
secuaces y empiezan a juguetear con los recién llegados. Han tomado al joven de
punto, pues su semblante es serio y petulante y el objetivo de estas criaturas
es robar risas de las formas más descaradas.
Bufón:- ¡Hola!
Verídica:- ¡Hola!
El bufón se pone a
imitar todos los movimientos de Verídica, que participa en su juego felizmente
y desafía con sus movimientos al bufón. Mientras, el joven es asediado por los
pequeños que le gastan bromas. Verídica y el bufón ríen a costas del joven y
estallan en carcajadas cuando éste se enfurece cada vez más.
Bufón:- Niños…
¡Niños, deténganse! ¡Denle un respiro al pobre!
Los niños finalmente
se detienen. El joven está en el suelo rabiando. El bufón se acerca y le ofrece
la mano para levantarlo, el joven la toma y se electrocuta. El bufón, verídica
y los niños estallan en risas. El joven se aleja furioso y se sienta donde
encuentra un par, el niño melancólico que contemplaba la escena.
Bufón:- Tu amigo
no se toma muy bien las bromas…
Verídica:- Tiene un
pésimo sentido del humor…
Bufón:- El más
alto de los sentidos…
El bufón y Verídica se
sientan enfrentados y los niños se sientan junto a ellos.
Verídica:- ¿Cómo
te llamas?
Bufón:- Pagliaci…
¿y usted?
Verídica:-
Verídica… ¿y ustedes?
Los niños inventan
diferentes nombres. Uno a uno se van acercando a la oreja de Pagliaci, que hace
voz de todo lo que le comentan. Pasa un niño…
Bufón:- Verídica,
sabía usted que los melocotones crecen más en contacto con la sal…
Pasa otro niño…
Bufón:- Verídica,
sabía usted que las nubes son en realidad algodones de azúcar y que son las
golosinas de los dioses, si un día está sin nubes es porque los dioses glotones
se las han comido todas y si un día es nublado es porque los dioses están
empachados…
Pasa otro niño…
Bufón:- Verídica,
sabía usted que si uno aguanta durante mucho tiempo la respiración, después de
un rato ya no necesita del aire…
Verídica:- Mmm…
Lo voy a intentar.
Verídica empieza a
contener la respiración, el bufón y los niños sonríen. En eso se acerca el
joven de la mano del niño de cara melancólica, Verídica ya no puede más y su
cara está roja e hinchada…
Joven:- ¿Y de tu
hijo no te vas a ocupar?
Verídica finalmente
resopla y recupera aire. Todos se paran.
Bufón:- Jaja… ese
no es mi hijo.
Verídica:- (al oído del joven) Es su yo verdadero…
Bufón:- Les voy a
contar algo… como deben saber, más de un niño nace con un don espontáneo de
imaginación, que si se alienta, podría llegar a ser algo genial y maravilloso.
Pero en general, el niño no llega a nada o se acostumbra a la exactitud o se
dedica a perder el tiempo con adultos o personas bien informadas. Así, en muy poco tiempo mata su imaginación y
empieza a decir la verdad. Esto le pasa a este niño, lo dejé ser libre y miren
en lo que se convirtió… en un adulto infeliz.
Joven:- Pero él
eligió ser así, por tanto es verdadero… no va en contra de su condición, no
pretende ser lo que no es… no como usted, que se hace el niño
despreocupadamente.
Bufón:- Él elige
ser así, pues que lo sea… yo ya lo intenté divertir, es imposible… Miren…
El bufón emplea todo
tipo de morisquetas y gags cómicos, pero el niño mantiene su mirada triste.
Joven:- No todo
en la vida es reír… a veces, es sano llorar…
Bufón:- ¡No digas
esa palabra! ¡Niños, tápense los oídos!
Joven:- ¿Cuál?
¿Llorar? ¿Llanto? ¡¿Tristeza?!
Bufón:- ¡Basta!
¡Es insoportable!
El bufón se resiste
pero finalmente se desarma en llanto, llora y llora desconsoladamente.
Bufón:- ¿Y quién
me hace reír a mí? Yo vivo para encontrar risas en los demás… pero ¿quién se
anima a divertirme? Hace años que soy un chiste, si lo pienso… lloro…
El bufón llora
desconsoladamente, los niños ríen inocentemente. El niño de semblante
melancólico se acerca y lo abraza y lo consuela. Los otros niños dejan de reír
y contemplan serios. El bufón abraza con fuerza al niño. Verídica hace seña al
joven para largarse de allí y lo hacen.
Elugo
esta bueno che, me gusta este estilo teatro
ResponderEliminarsalud a este emprendimiento y a vos elugo, salud
que lindo, me imaginè.
ResponderEliminarTe sigo. El joven debería tener nombre!
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