Mi nombre es Juan Antonio
Verardi, nací un 15 de agosto por allá lejos, en un año muy olvidado, que no viene
al caso. Desde pequeño aquellos que me conocían empezaron a darse cuenta que mi
vocación estaba en el arte. Poco a poco fui puliendo este don, tal como quien
saca del carbón un precioso diamante. Al principio me incline por la música. No
me fue mal, la gente en la calle me reconocía y la crítica fue siempre
positiva, pero en el mundo mandan las ventas y como mis discos no tenían esa
suerte tuve que probar eso de la literatura. Me costo mucho, al principio me
decían que tenia un leve retardo, que parecía un niño, luego me di cuenta que
por mas que mejorar no iba a ningún lado. A la avanzada edad de los 30 comencé
mi carrera como payaso, fue efímera y corta como la vida de la mariposa. Luego
del 5to show no me contrataron más. No piense el lector la fácil, no toque a
nadie ni le rompí la cara a un niño malcriado, solo que no era tan divertido
como pensaba, por lo menos no en eso de las payasadas.
Hoy a los 45 estoy preso, cumplo condena en el
centro de reclusión Tacuarembo pabellón 5. Por suerte el pabellón es tranquilo,
los presos mas duros están en el 1 y 2, rara vez los vemos, son realmente
peligrosos. Pero el motivo de mi carta pública hoy no es contar mis pormenores
en la prisión, de la cual espero salir en 5 meses, sino relatar como llegue
acá.
Corría el 7 de diciembre, un día hermoso, se
venia todo eso de la armada del arbolito, etc. mi familia como siempre muy
buena onda, como sabia que estaba desempleado me arrimaron unos pesos para que
pudiera comprar regalos y divertirme en las distintas celebraciones que tanto
se dan por esas fechas. El sábado 10 nos juntamos donde unos amigos y luego de
muchas copas y alguna que otra cosita comencé con mi show, hice una especie de
stand up y luego con la ayuda de un amigo practicamos nuestro plan maestro las
famosas "intervenciones". Estas son especie de bromas en las que se
trabaja con la realidad presente, lo que se hace es crear otra realidad alternativa
para el momento y ver como se desenvuelve la cosa. Al ser una reunión entre
amigos la única victima resulto ser una novia tímida y con poca suerte, ella se
llamaba victoria. La broma salio muy bien, yo simulo un paro cardio
respiratorio, con convulsiones truchas y todo, mientras que mi ayudante (esta
vez eran todos cómplices pero uno tiene un papel central) dice que es doctor y
me hace unas cosas que resultan en mi muerte. Resultado: un éxito, todos reímos
menos ella que la pasa muy mal. Más tarde en la noche toda se me aclaro, mi
vida serian las intervenciones.
Al comienzo eran todas simples, con muchos
cómplices. Era el mozo borracho de un cumpleaños de 15, el músico que se moría
en un casamiento, todas cosas sencillas y bastante obvias. Pero como soy un artista
de verdad, poco a poco, en mis ratos libres empecé a generar expectativas en mi mismo. Mi sueño
era una intervención nacional, aunque sabia que era pedir mucho, además que era
muy peligroso. Comencé con cosas simples, hacerme el retrasado, el lisiado, el
perdido, el extranjero, etc. pero me sentía poco, sabía que podía dar mas, pero
tenia que cruzar una línea delgada que era la de lo legal, ya que si seguía por
el camino que yo quería podía ser que tuviera algún altercado con la ley. Un
martes que el sol no salía aun me dispuse intervenir al vecino, lo tenia
estudiado, el paseaba el perro a la noche para no juntar sus asuntos, pero mi
idea era darle un buen susto, me compre un revolver de juguete y lo intervine. El
tipo casi se muere pero luego se rió mucho y hasta cambio sus malos hábitos,
fue un verdadero golazo. A ese éxito lo siguieron muchos otros, hasta un fatídico
19 de julio.
Tenia el lugar muy estudiado, al medio día
unas 20 personas almorzaba en le restaurante a la vuelta de un lugar donde yo
trabajaba enseñando magia a niños. en el almuerzo tenia 1 hora entera libre. Día
tras día juraba que mañana era hasta que un día tome coraje y lo hice. Fue un
gran show, pero algunas cosas salieron mal, creo que la gente no estaba
preparada, talvez hubiera sido mejor seguir con los proyectos nudistas pero
siempre tuve mucho pudor, maldita sea. Granada en mano abrí la puerta y grite
"por Satán, mi vieja y artigas, que se partan todos", granda de metal
(trucha) pa adentro del local y descontrol de todo tipo de colores. Mozos
corriendo, gente que se empujaba, niños que no entendían nada, un ejecutivo que
me salio a perseguir, pero la frutilla del postre fue una señorita de unos 20
años que se asusto tanto que atravesó un vidrio, perdió una mano la mitad de la
cara y toda una carrera de modelo, era muy bonita pero mi broma al parecer
termino con sus plantes.
tito
tito
Tito! Muy bueno! Pensé que la bomba iba a explotar al final... Me gustó más el desarrollo que el final, che... Pero está bárbaro narrado. Besos!!
ResponderEliminarTa bueno tito
ResponderEliminarda pa cortar mas tela
vamo arriba
muchas gracias che jajaja y tienen razón los dos, ademas se nota claramente la ansiedad del final y el mal manejo de ese asunto :( jajaja
ResponderEliminarabrazo
el tito escribiendo sobre un personaje que realiza performances, el manso poniendóse melancólico... el toman sorprende día a día... buen relato Tito, tremendo personaje, da para muchas historias... quizás hubiera estado bueno detallar más alguna de las intervenciones, particularizarlas un poco... abrazo!
ResponderEliminarme gusto tito pero coincido que se podria haber explotado mas el texto.
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