"el
mundo estaba ahí, yo no, pero todo termina, primero las escusas, luego las
razones"
No dejaban de resonar las palabras cuando los
otros dos se miraron y cruzaron una expresión mezcla de sorpresa y dudas. El más
viejo de ellos, el que tomaba la voz cantante, el que parecía o se hacía
parecer el líder lo miró fijo, como un animal inspeccionando el alma. Él
continuaba quieto, para el afuera era la serenidad en persona. No dudó en
aguantar la mirada y a pesar de todo el murmullo dentro de su cabeza, hacía sus
mayores esfuerzos por respirar tranquilo. Ofreció mate. El líder aceptó, agradeció con un cálido
gesto. "Bueno, es verdad que tenes un padrino, jajaja, pero eso no basta. Si
vos querés plantar, si querés trabajar para mí, tenés que prometer
resultados" dijo mientras cambiaba rotundamente su expresión, su tono, sus
formas. Ahora era un hombre serio, asustaba y traía la coacción a la orden del momento. Mientras
oía las palabras sintió que trataba con un profesional, ésto lo tranquilizo,
fue raro, diferente, no se esperaba eso de él mismo. Tampoco lo intimidó la
cara. Poco a poco fue sintiéndose dueño de la situación, se la apropio, era un
actor más, conocía su papel y lo llevaba adelante con una decisión implacable. La
impasibilidad lo invadía mientras sus ojos aguantaban las miradas. “Yo se muy
bien todo eso, mi trabajo es serio. No prometo resultados, los doy”. Fue impresionante,
volvió a sentir un poco de miedo, sintió que se excedía, se retó a si mismo,
"no la cagues ahora, vas bien, vamos bien".
El líder comentó las condiciones, dijo
que tenía que tener todo pronto para los próximos 5 meses, si era antes mejor, aunque dijo no creer que fuera conveniente, dado que los tiempos de la naturaleza era
mejor respetarlos. Noc, noc, su cerebro volvía a tocar la puerta, no ahora, pensó, no ahora, dame 10 minutos. Volvió a sentir la parálisis, perdía convicción,
entereza, su rol ya no le fluía, era sobreactuado, era la copia barata, una construcción
forzada. El más joven de ellos abandonó la habitación, su cerebro le dijo que
esto no era bueno, mintió, el otro regresó en unos pocos segundos con una bolsa
del tamaño de una naranja. Se la dio al líder, este se la arrimó a él. Eran las
semillas. Con un gesto sutil pidió permiso, abrió la bolsa, las semillas eran
mas grandes que las que acostumbraba a ver, bien formadas y con un tinte
negrito. Preguntó la raza. Según dijeron estaban tocadas genéticamente, eran
especiales para el clima de por acá. Todo parecía ir muy bien, iba bien, según
lo planeado. Poco a poco el negocio tomaba forma, aunque por dentro algo lo
tenía loco, lo comía vivo, corría dentro de él. Era esa idea que no entendía, era
el fracaso, el miedo al miedo, la ansiedad. ¿Era real? ¿Qué era? no lo sabía,
solo que por ahí él perdía, era una guerra a dos frentes. No podía entender
como fluctuaba tanto, como subía y bajaba, no lograba salir de su inestabilidad.
Se sintió como un perro lejos de su hogar, morían sus raíces, el cemento lo
estaba consumiendo, él se estaba consumiendo, firmaba su propia muerte.
Al concluir los negocios lo invitaron a fumar la hierba que plantaría, aceptó. Algo le paso en ese momento, su cuerpo le
avisó, su cerebro no lo entendió, le dio vueltas, le trató de dar forma, ya era tarde, lejos quedó aquel actor en su salsa. No habían pasado diez
minutos. De león a cervatillo, de predador a presa, se sentía muerto, lo pedía,
su cuerpo abandonaba todo intento de vivir, aceptó, pero no pudo estar
tranquilo, siempre iba más allá. Cuando le pasaron el porro vio cómo el líder
lo miraba con soberbia, el otro reía, no parecía estar con ellos, sus ojos
estaba en una revista. "¿Y? las mejores flores son estas" oyó que le
comentaban, miró y vio la cara de un loco, el líder parecía estar fuera de si.
"Si, esta re rico" respondió. Volvió a sentir algo, pero más fuerte,
más intenso. Se desprendieron de él miles de cadenas, volvió a ser un animal, los
instintos le marcaban la cancha. Sin entender mucho que hacía se paró y pidió
para ir al baño. El más joven, que leía, se incorporo, el
viejo lo tranquilizó. "Dale anda, es por ahí- levanto su dedo índice- la
segunda puerta a la derecha". Sin mediar palabras pero con la decisión de
un toro fue al sanitario. La sangre se le calentaba en las venas. Noc, noc, su
cerebro apareció, esta vez parecía que quería darle una mano, tenían que estar juntos, pensar, sentir, actuar.
Una vez dentro del baño comenzó a
buscar un objeto punzante, sabía que tendría que pelear contra los otros, no
podía explicar lo que sentía, pero era algo muy fuerte para dejarlo
pasar. Recordó que tenía una navaja, metió su mano en el bolsillo y la dejó ahí,
con la navaja pronta . Antes de salir del baño investigó el
lugar. Miró por la ventana, esa podía ser una salida, no era la primera. El
muro era muy alto, luego la caída podía ser dura, recordó la entrada. Luego
recordó todas las piezas de la casa, inclusive el hall chiquito, logró hacerse
una idea, un mapa, las partes que no conocía pudo intuirlas. El plan era
simple, salir y cortarlos, en principio no matar a nadie. No había marcha
atrás, no quería el negocio, no le cerraba nada de nada la situación. Tratar de
solucionar las cosas no era una opción, el sabía que esta gente no era joda, se
lo habían advertido "si vas a hacer negocios con ellos, los hacés".
Miró por la rendija de la puerta, nadie lo esperaba del otro lado. Tiró la
cisterna, abrió el grifo. Con un movimiento brusco pero claro abrió la puerta
de par en par, su mano derecha en el bolsillo. En ese momento escuchó voces
en la sala, se sintió mas seguro. Todo lo contrario, mientras avanzaba a la
sala, de atrás, lo atacaron con una cuerda directo a la garganta. Nunca
sospechó que podía haber un tercero. Sacó todas sus fuerzas y dio su golpe,
sintió como su navaja desgarraba la piel, entraba con facilidad. El tercero
pegó un grito, la hoja impactó en su garganta. Volvió a repetir el acto.
Comenzó a sentir el calor de la sangre en su espalda. El tercero lo soltó,
agonizaba a su costado. Al volver la vista el líder le apuntaba con un arma, el
otro, machete en mano, se abalanzó. Fue todo muy rápido, él logró incorporarse,
sintió cómo volvía a atravesar la carne pero un dolor muy profundo en el antebrazo lo hizo gritar. Finalmente
escuchó las descargas.
tito
Wow men q relato!
ResponderEliminarBarbaridad q mala pasada
Muy buena saga!
cual es el siguiente proyecto?
que bgueno està tito, muy bien relatado, me imaginè todo.
ResponderEliminarBueno!
ResponderEliminarEste relato es muy bueno, me gustó mucho.
Aplaudo la prolijidad en la puntuación y la ortografía que redunda en una lectura fluída y muy disfrutable.
Sin duda es el mejor segmento de la saga, por la historia y por el relato.
Serían interesante pulir las otras partes para que lograran tener esta la calidad (tal vez la primera la tenía).
Salú!
Qué nivel Tito! Admito no haber leído el anterior, pero esta escena basta para dibujar todo un mundo, qué protagonista! Qué final, te deja la sangre en el ojo... Chuck Norris para los sensibles jeje tas dominando este arte, convirtiéndote en un gran narrador, prolijo, certero y acertado!
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