miércoles, 27 de junio de 2012

El momento

Era el momento, o  por lo menos así lo creía. Afuera, la noche era muy oscura, no había luna, por lo tanto no se veía nada y los perros ladrando tanto lo ponían un poco nervioso. Se acordó de lo que una vez su padre le había dicho "Dios no me dio músculos, pero me dio piernas largas para correr rápido". Sabía que en aquel momento ese consejo no le iba a ser útil, pero aquello rondaba en su cabeza, como si su cerebro quisiera decirle algo.
Se sentó al pie de la cama, comenzó a arreglarse, se cortó las uñas, se afeitó y se peinó. Fue al ropero a sacar su mejor traje, aquel que había usado en su noche de bodas cuando contrajo matrimonio con quien luego lo convertiría en viudo, llevándose consigo su única alegría. 
Mil veces había pensado en este momento, se imaginó una y otra vez cómo sería. Siempre decía que el quería algo simple, que pase desapercibido como hizo toda su vida, pero sabía que al final no iba a ser él quien decidiera. 
Cuando terminó de prepararse, fue a la cocina y se sirvió un vaso de agua. Lo tomó mientras miraba fijamente el retrato de su difunta esposa, como queriendo decirle algo; cuando el vaso quedó vacío se dio cuenta que era el momento, ya no había tiempo para lamentarse de nada. 
Se paró lentamente, agarró su bastón, se puso su sombrero y se encaminó a la puerta principal de aquella vieja casona, la misma puerta por la que vio salir por última vez a su compañera. Luego de observarla, tomó coraje y giró lentamente el pestillo, fueron segundos en los que las imágenes no paraban de cruzarse en su cabeza. Cuando finalmente la puerta quedó totalmente abierta, lo vio, ahí estaba, todo vestido de negro. Se saludaron cordialmente, sabiendo que esto no era nada personal, sino que era meramente un trámite que tarde o temprano iba a llegar. 
Con un movimiento de cabeza le indicó el camino y ambos partieron bajo la mirada atenta de los perros que habían cambiado sus ladridos por un silencio de cabeza gacha y ojos tristes.
                                                                                                                                El Manso Sosa

7 comentarios:

  1. Impresionante su versatilidad y sus dotes narrativos Manso... se nos puso melancólico, pero en este terreno de lo oscuro, se nos mueve como pez en el agua. Salud!

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  2. Ahí vaaa, contundente, un precioso y elegante puñetazo a las expectativas de tus lectores, Manso querido... Buenísimo.

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  3. me gusto mucho don manso, te felicito
    y felicito a TOMANDROGANPELEAN por este cambio de actitud, que se mantenga, VAMO!!!!!!!!!!!!!!!! CARAJOOOOO

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  4. me gusta mucho lorenzooo!! que lindo relato. :)

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  5. Me gustó mucho, sobre todo por el final que hace del cuento entero un gran relato.
    Abrazo Manso, lo esperamos el miércoles que viene

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  6. Muy pero muy bueno; muy impresionante, descriptivo, sintético. Con polenta.

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  7. manso, lore, concu, como quieras, este texto es muy bueno, lo acabo de leer y me erize
    así se hace maestro

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