Cada semana había que renovar la alianza ante el anfiteatro
en sombras, cada semana la misma angustia de no encontrar las palabras, yo que
solo soy palabras, la suma y la sucesión de todas mis palabras, este es mi cuerpo esta es mi sangre, qué
voy a decir, de donde voy a sacar las palabras, si no pasa nada, cuando no pasa
nada más que el invierno golpeando las puertas y los huesos y la carne y el
alma (en alguna parte), y el designio de sacar la ropa de abrigo y las frazadas
encerradas en lo profundo de los roperos, invisibles durante el resto de las
estaciones, ahí, ocupando un lugar en el espacio igual que nosotros, existiendo
con una paciencia imposible para nosotros, de lo que sabe que seguirá siendo,
en su forma actual o en el deterioro o en la llama del fuego que la consuma, cosas
como la tristeza o el amor o el cansancio que vienen y van en nosotros, en los
otros como un péndulo, ahora y siempre, y uno no puede guardarlos como a un
abrigo o a una frazada hasta que llegue el frío o el calor, hasta que llegan los viernes y no hay nada, y uno piensa, esto soy yo,
este texto mediocre, esta vanidad, este miedo de no animarme a ser todo lo que
yo puedo ser, y desde el otro lado del anfiteatro los fantasmas comienzan a
elevar el silencio, en forma de pregunta, en forma de angustia: qué vas a decir
que no haya sido dicho antes, qué vas a decir que sea verdadero, qué vas a pelar que nos toque el corazón.
Seoane
me gusto pablin, esta muy bueno y cuando quieras nos juntamos a embriagar este alma con frió, maldito invierno que me encontrasetes!
ResponderEliminarepa tito, gracias! pero por lo que veo vos ya estas un poco ebrio
ResponderEliminarencontrastes*
ResponderEliminarBueno, me gustó. Esta bueno hablar del miedo a la página en blanco y de qué decir. Si bien es bravo enfrentarse a eso, y por mas que ya todo esté dicho, siempre hay algo de lo que hablar. Me parece que si escribís pensando en escribir algo que toque el corazón, el texto puede perder fuerza por la exigencia. O capaz que no. Yo que sé...
ResponderEliminarabrazo botija
Estuve, leí, me gustó, quise decir algo y lo hice.
ResponderEliminarSiempre surge algo,nadie esta tan sano como para que no pueda nacer nada...Bueno Baracus!
ResponderEliminarPutas Harry, Putas
ResponderEliminarA mi me tocaste el corazón. Este otoño... Y es muy linda esa idea, muy cierta: la estabilidad de las cosas frente a lo efímero en nosotros. Este otoño...
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