Vino y se fue, como una tormenta de verano. Al fin y al cabo eso era la vida, ir y venir, una tormenta de verano. Ya había pasado los 45, ya había formado una familia y ya la había destruido, había tenido una casa y la había perdido así con casi todo en su vida. En una época brillo, ahora no brillaba ni en la mas oscura de las noches. Era un tipo que no se daba por vencido, aunque mas de una vez se había planteado distintas salidas, ninguna buena. Se volvió alcohólico y adicto a los cigarros. Lo del alcohol venia de joven, hasta de niño se podría decir.
-Bueno Carlitos, como va hermano?
- Jodido hermano, para que te voy a mentir. Viste cuando pensas que todo va a ir mejor, nada puede empeorar y de pronto ¡PUM! Un baldazo de agua fría en medio del polo, y te preguntas de dónde salió? Como llego? Pero no hay mal que por bien no venga, uno se agarra un vasito y de ese balde de agua fría congelada se puede hacer hielo y tomar un whiskacho.
Carlos salió por última vez de lo que había sido su casa, después de unos minutos contemplando aquella vieja puerta de chapa que tantas veces se alegró de ver cuándo volvía de trabajar 14hs en la fábrica con un descanso de ½ hora que no le alcanzaba ni para llegar al postre. No sabía que iba a ser de el de ahora en más, esa noche sabía que iba a ir a la pensión de un viejo amigo, de esos que no los ves por años pero cuando los volves a ver es como si hubiera pasado un día nomas. Y así si fue que se tuvo que ir con la cabeza gacha, una bolsa de Macri de esas que te regalan cuando no te hacen el 50% de descuento, con la poca ropa que tenía un tupper con la torta de fiambre de la noche anterior y un reloj despertador que sonaba cuando quería. Pero no tenía más remedio que irse e intentar recomponer su vida. En la pensión lo esperaban amigos y viejas prostitutas con las que había pasado alguna que otra noche de placer y también noches de vergüenza, como cuando se llevó un travesti a la habitación no se lo pudo voltear y termino jugando carrera de quien se masturbaba mas rápido. El único que salió a despedirlo fue el amante de su mujer, que con una palmada en la espalda le dijo todo. Nunca había tenido hijos, aquella patada que recibió cuando quiso copular con una yegua en el campo de su progenitor lo había dejado estéril de por vida y gracias a esa yegua tiempo después no tuvo mas remedio que aceptar que era un cornudo, el siempre lo había sabido, empezó con una leve sospecha cuando su mujer le decía que llegaba tarde de la oficina porque tuvo el cumpleaños de alguna amiga, la primera, la segunda y hasta capaz la tercera vez se la creyó, pero parecía que esta mujer tenía mas amigos que Roberto Carlos, todos los días un cumpleaños nuevo. Después vinieron las salidas de los fines de semana, él nunca estaba incluido. Mientras miraba Sábado de bus y practicaba en la soledad de su hogar el corchito anhelando poder algún día estar al lado de Nico Repetto jugando por el auto, su mujer se volteaba algún que otro atorrante que buscaba unos mangos de una mujer casada para después salir a bolichear y conseguirse alguna pendeja de pollera cortita. Y cuando lo quiso charlar la mujer se deslindó de toda responsabilidad –no es mi culpa si vos no me atendes bien – le repetía. Pero claro es imposible laburar todo el día para llegar y echarle un polvo a la gorda. El sentía que después de los 5 años de casados cada día había menos amor en la pareja hasta llegar al punto de tener un cierto respeto por el otro nada más. Pero complicado fue el día que se percató que a su mujer le había crecido la panza medio que de golpe.
-che Rosa que te parece si empezamos a dejar de comer pan en casa?
- me estás diciendo gorda?
-y… no gorda gorda, pero tenes que aceptar que estas un poco mas rellenita no te parece?
- rellenita? Rellenita me estas diciendo zángano infeliz? Rellenitas las pelotas, rellenita esta la paspa bolas de tu madre, o la muy puta de tu hermana que se anda volteando cuanto camionera este haciendo cola en el puente para cruzar a laarrrrgentina (decía laarrrgentina igualito al viejo niembro.)
- para che, no te pongas así gorda, si lo único que te dije era que estabas con un poquito de sobre peso.
- estoy con sobre peso y queres saber porque? Porque estoy embaraza ciervito silvestre – le dijo mientras le acariciaba la cabeza y se le escapaba un pedo de tanto reírse.
- embara que? Si yo soy estéril como vas a estar embarazada? Asumí que sos una gorda de mierda nomas como la gorda Gelman UNAS GORDAS DE MIERDA.
Y ahí fue que Rosa llamo a Julio. Quien es Julio? Es el padre de la criatura, el que mando a llamar a la cigüeña, en el barrio mas conocido como el pata de bolsa. En ese momento Carlos entendió de lo ciervito silvestre. Enseguida se le vino a la mente Bambi, la mamá de Bambi y no le quedó otra que reírse, reírse de su propia desgracia fue lo único que lo ayudo a volver a las putas y los amigos. Esa misma noche se sacó las ganas de lo que siempre había querido hacer y no se animaba, espero a que su mujer se durmiera, entro en silencio a la casa, se bajó los pantalones y defeco a placer en la cara de Rosa. Desde ese día Carlos se volcó a la noche, dejo la fábrica y se fue a Melo, donde administra uno de los prostíbulos/zoológicos mas exóticos del país.
cuando uno pensaba en la vuelta del manso uno se imaginaba muchas cosas, la verdad las expectativas eran altas.
ResponderEliminarpero esto supera con creces cualquier imaginación que uno pudo haberse fabricado.
creo que estamos en presencia de una obra maestra
Volvió El Manso! Vamo arriba El Manso nomá!
ResponderEliminarImpresionante querido, realmente genial!
Sin duda de los textos más logrados de Sosa, condensa todas sus virtudes: especial atención en los detalles cotidianos, personajes entrañables y lo mejor del humor escatológico!
ResponderEliminarfelicidades mansas!
Manso te amooo!!!
ResponderEliminarmuy bueno manso, un texto a la altura del escritor y muy serio por demas, a pesar de que tiene los juegitos mansos
ResponderEliminarabrazo y saludddddddddddddd
jajajajajajajaja ESE ES MI POLLOOOO!!!!!!
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