Buen día estimados lectores, qué placer madrugar un domingo y encontrarse sobre el cuerpo/cadáver de nuestra majestad Prensio, un manuscrito inédito de un ilustre lector en nuestras filas y un ya consagrado escritor (para más información visitar: http://quienpereira.blogspot.com/). Luego de intentar preguntarle a Augusto si éste, efectivamente, era el nuevo texto del domingo y recibir como respuesta un simple: "alcánzame el balde". Me decido a dar a conocer este magnífico material nacido de las manos de una pícara pluma experta y así, tomo mi Commodore 64 y transcribo el papel, mientras Augusto se dedica a maldecir y a vaciar sus entrañas, errándole al balde y manchando el tapizado nuevo que tantas pizzas me costó.
Sin más que agregar, los dejo con esta joyita. Saluda atentamente,
William Comodoro Chamberlain
Iba a empezar diciendo que esta es una de las estupideces más grandes que he hecho en mi vida, que voy a hacer en realidad, porque hasta aquí todavía no he hecho nada. Pero no. He hecho tantas y tan diversas estupideces, que se hace difícil pensar que esta sea la más grande. Aunque sin dudas es una estupidez, cuando no algo peor.
Hace tiempo decidí suprimir (conscientemente, forzadamente) la expresión "Te amo" de mi vocabulario.
No voy a decir que te amo pues estaría mintiendo y por ahora estoy evitando mentir.
No, no te amo. Pero si pienso en vos seguido, a veces con demasiada frecuencia, como en estos días y otros días anteriores y otros aún anteriores.
Pienso demasiado, aunque también pienso que nunca se piensa demasiado, "demasiado" es una palabra que no debería aplicarse al acto de pensar.
Si lo pensara más quizás podría decir que te amo. Lo seguro es que pienso en vos y te recuerdo y te imagino y no sé si te amo o no. Me convenzo, o intento convencerme, de que no, no sé por qué.
Otra cosa segura es que formas parte de ese acotado universo de personas a las que les tomé cariño desde un principio, desde que te conocí, hace mucho tiempo, nunca demasiado.
Vos no te acordás, es probable que no lo hagas. No importa. He descubierto que recuerdo cosas que nadie recuerda...
Éramos niños de escuela.
En mi recuerdo estamos en tercero de escuela (el recuerdo parece fallar aquí) y la cronología dice que la maestra se llama Marta y que cae bien. Marta tiene una hermana que también es maestra, Susana. Ella tiene una voz que me intimida. Marta, en cambio, no me intimida. Yo todavía soy un niño tranquilo que prefiere no llamar la atención y pasar desapercibido, o no, pero si es que lo deseo todavía no lo sé.
Y yo recuerdo ese día como recuerdo tantos. No el día que llegaste, pero si recuerdo a tu hermano y que le pasó lo mismo que a mí cuando llegué al colegio. La corbata con elástico ahorcando el cuello de la túnica, como si ésta fuera una camisa muy larga. Y no se usa así, no acá (agrego: aunque la lógica así lo haría pensar). Yo no lo sabía, tampoco mis padres, ni tu hermano, ni tus padres. Pareciera ser algo destinado a sucederle a todos los nuevos alumnos varones que ingresaran al colegio: no comprender (que falta nos hace una palabra como "misunderstand" en español) el correcto uso de la corbata en este territorio.
Y ahí en el patio del colegio, yo ya tengo un año de experiencia en ese lugar y voy por el segundo, le enseño como se usa, como la usan ellos y como debería usarla, aunque el sentido común (el nuestro) diga otra cosa.
Pero tu primer día no lo recuerdo con detalles.
Si recuerdo ese día en que a mí, el tipo tranquilo, me interesó de verdad una niña. No es que antes no me hubiera interesado en alguna niña (nota: bien sabes que me gustaba Mercedes Pesce), sí me había interesado, pero no de esta manera, que se manifestaba en el acto de darse vuelta constantemente para conversar contigo. ¿Yo? ¿Conversando con una niña? ¿Con una mujer?
Y me siento bien, todo fluye. Es fácil. Me gusta y parece que a vos también, eso lo hace aún mejor. Sin darme cuenta paso más de media clase dado vuelta conversando contigo, no me importa la maestra ni la clase, para mí no hay nadie más que vos. Debe ser una de las primeras veces que me veo abstraído en una de esas sensaciones fisio-psicológicas, que más adelante confundiré con amor y más adelante aún confundiré con otra cosa que no puedo explicar.
Pero llega el día en que todo se corta, Marta descubre lo que pasa (o se harta de lo que viene pasando) y me manda sentar adelante, primera fila.
Yo no te olvido, pero vos sos La Nueva, y sos de Montevideo, hablás raro y todos, todos quieren hablar contigo. Yo ya tuve la oportunidad y estoy contento, cambié, aprendí a hablar con las mujeres. Ahora cuando vaya a los asaltos voy a bailar. Vos vas a organizar uno en tu casa y yo me voy a dar cuenta de que todos te quieren, todos te van a pedir arreglo, pero ninguno te quiere como yo, estoy seguro, aún así vos no vas a pensar en mí. Yo recién empecé a hablarle a las mujeres, bailo, pero faltan más de cinco años para que pueda "cortejar" a alguien.
Quién Pereira
Lo felicito Quién Pereira, me gusta este costado suyo, sensible y sincero... alejado de la chabacanería en la que a veces cae... además, todos tuvimos una nueva que nos impulsó a hacer cosas que no nos animábamos.
ResponderEliminarSalud a su llegada al Toman! Por mas quiénes pereiras!
Me alegra que le guste, que bueno que sea compartido!
EliminarSalud por mucho más Toman!
Me gustó mucho.
ResponderEliminarDebo decirle que no creo que a nuestro idioma le falten palabras.
A veces lo que se necesita es estirar algún concepto, hacerlo más ancho de lo que se usa corrientemente. O quizás la frase podría ser de otra manera para darle lugar a otro término. O decirlo con alguna palabra más; o simplemente no decirlo.
Creo firmemente que la búsqueda de la palabra clave se parece mucho más a un capricho que a una necesidad real del relato.
Igualmente el término en inglés que usted menciona suele traducirse a nuestra lengua como “malinterpretar”.
Espero leerlo de nuevo.
Muchas gracias! Pensé en "malinterpretar" aunque no es exactamente lo mismo ahora que lo pienso, pero sí, estoy de acuerdo en todo lo que dice, inclusive en la cuestión caprichosa de la búsqueda. Espero volver pronto al Toman. Hasta la próxima! Y nuevamente, muchas gracias.
Eliminarta bueno quien pereira, me gusta ese costado inocentón (naif)de tu escritura (visto asi el final es muy bueno)
ResponderEliminarigual no la descuides,no seas perezoso, me parece a mi que no importa en que tono estes narrando, tenes que laburarla y tomarte la tarea siempre con la misma seriedad.
un placer que estés acá y compartas este lugar con nosotros
No entendí, no le gustó el final?
ResponderEliminarSabrá ud. comprender estimado Seoane, que mis escritos pueden fácilmente dividirse en dos categorías, los "espontáneo-emocionales" y los que un poco más pretenciosos buscan convertirse en un cuento en si. Estos últimos me cuestan demasiado, admito los descuidos, no tengo excusa para la pereza ni niego la falta de laburo, que le falta. Prometo tener en cuenta su opinión para próximas entregas. Gracias!
perdon por demorar tanto en la respuesta, mi amigo quien.
Eliminarlo que yo digo es que visto desde ese lado inocenton, que juega con lo formal y se burla de ello, como una escritura de anti-heroe, el final es bueno. de otra manera no entiendo el uso de la palabra cortejar y más entre comillas. porque se de "quien" viene, se, mas o menos, las lecturas que ha hecho, o el grado de conciencia de su escritura.
yo creo que usted entiende o deberia hacer un esfuerzo por comprender porque si no me estoy metiendo en una, que ni le cuento.
me gustó mucho guri, lindo texto dominguero, me apreció claro y desde el lugar que lo decís al menos a mí me llegó y puedo decir que me metí en el protagonista para ver todo desde ahí. arriba el TOMAN pibes, el blog solo mejora...!
ResponderEliminarMe entretuvo mucho este relato tanto que por los minutos que tarde en leerlo me olvide de la resaca que me aqueja desde que me desperté. Buen relato buen inicio en el toman recontra bienvenido y vamo arriba buscapina pereira.
ResponderEliminarMuy bueno. Que situación Quien, sabía dividir de otro manera no era la que nosotros sabíamos!
ResponderEliminarAbrazo
Carlitos! Que genio, mira de lo que te acordaste! Nos vemos pronto, abrazo!
EliminarSuavidad y elegancia en la forma - creo que sí hay trabajo y se nota -; ternura (¿y algo de desengaño?) en el contenido. El tono es muy hermoso, tiene la melancolía insalvable de la madurez. Ese preguntarnos para qué el recuerdo, si no podremos volver...
ResponderEliminarUn beso.
quien pereira is in da houseee!!..re linda historia,seba...si la nueva te viera perreando..invitala a algun asalto..
ResponderEliminartiene lo que tiene que tener para ser leido mas de una vez! y que importa si amar es el verbo! ojala muchas pudieramos ser "la nueva" y algún "quien" nos quiera como vos!
ResponderEliminarsalu