miércoles, 30 de mayo de 2012

Friday night fever papá


 Viernes a la 1 :30 de la mañana, digamos en la madrugada del Sábado, cuando arranca. Estaba en la comodidad de mi hogar, terminando de mirar una película, con ganas de salir a tomar algo pero sin plata por lo que las ganas quedaron en eso solamente. Terminé de mirar la película, una de esas bien pelotudas en las cuales uno no tiene que pensar mucho, puede ir al baño y volver sin perder el hilo, en fin un peliculón.  Ya estaba dispuesto a retirarme a dormir cuando siento que  golpean la puerta y oigo risas del otro lado de la puerta, lo primero que imaginé fue que alguno de mis amigos venia borracho; pero entre risa y risa  había algo que no me cerraba.  Noté que alguna de las risas eran femeninas, algo que me descolocó ya que con mi compañero de apartamento no nos caracterizamos justamente por ser unos sementales que llevemos minas  seguido, ni esporádicamente, es más, cuando aparece alguna mina la miramos con miedito, la verdad que las historias de que te meten en una bañera con hielo y te sacan los riñones medio que me tiene atemorizado, pero no es por eso que no la ponga seguido, sino que simplemente debido a mi forma de ser caballero, por no decir que soy un cagonazo para encarar una mina.
Al abrir la puerta me encuentro con dos de mis amigos junto a dos mujeres. No entendí muy bien cual era el asunto, ya que miré el ambiente y éramos 3 hombres y 2 minas, lo primero que pensé fue “a la pucha pinto partuza” pero enseguida caí en razón que había alguien que esa noche no iba a tener suerte y aplicando el teorema de Descartes me di cuenta que ese individuo era yo. Aguanté un rato más ahí en el living charlando educadamente con los “invitados”  y hasta jugando al play station con una de ellas, siempre poniendo mi mejor cara de pelotudo. Mi intención era ver si me tenía que ir del apartamento o si podía proceder a acostarme a dormir como yo desde hacia rato  quería hacerlo. –Che manso, salís hoy? Primer indicio de que me tenía que ir. El segundo fue cuando empezaron a chuponear y yo quede ahí mirando cual hermano menor mira a su hermano mayor besuquearse con la novia. Ese fue el momento en que entendí que me tenía que retirar y contra toda voluntad me fui. De ahí en adelante la noche tuvo sus altos y bajos, lo primero fue ir a lo de Chiquito, un gran amigo de la infancia, el que me mostró el camino de la salvación. Al arribar a la calle San José, el panorama era el siguiente: El Zorry, Chiquito y Cabeza, una botella de whisky, cerveza y dos travestis...
La noche se iba para larga.
Continuara...

                                                                  El Manso Sosa

9 comentarios:

  1. Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

    ResponderEliminar
  2. Y yo que pensaba que iban a terminar con putas del barrio sur.

    ResponderEliminar
  3. exelente manso lo tuyo es de puta madre, ayer vi como trabajas y dije: que mierda va a salir de ese cerebro y pum...
    aguante el manso, el fabian onill del toman, en todos los sentidos

    ResponderEliminar
  4. seguramente terminaron en el norte, o debieron terminar en el

    ResponderEliminar
  5. Manso sos lo máximo de lo máximo. Ah!!!!

    ResponderEliminar
  6. Che Flora, se sintió su ausencia este fin de semana. Volvés, no?

    P/D: Alguna vez pasaste por mi blog?

    ResponderEliminar
  7. A la mierda, Manso, hace honor a tu nombre y calmate un poco que hay gente que puede salir herida si este relato continúa, cuida tus palabras o me voy a ver obligado a hablar con Willy o con el mismisimo Augusto

    ResponderEliminar
  8. Continuara... espero que no. anda a cagar manso ponete a laburar !!

    ResponderEliminar