Si bien se habían visto hacía menos de dos días,
Alberto y Osvaldo se trenzaron en un fraternal abrazo. “Pasá, pasá, dale viejo
que está soplando”, “Traje una cosita, pa` amenizar la charla”. Su padre venía
acompañado de un Whisky, no fallaba. Era mucho aceptar que la “cosa” sea en
casa de su hijo como para caer con las manos vacías. Poco le importó a Osvaldo. Él estaba muy contento de que su
padre esté ahí, tenía mucho que decirle, quería poder plantear ese montón de
cosas que le venían pesando en el alma, en el cuerpo, esas que pesan más que la
gravedad. Por su parte Alberto, si bien no entendía mucho, sabía que su
conciencia le indicaba estar ahí, estar en donde su hijo, escucharlo, hablar,
tomar una copa.
En medio de una charla sin mucho sentido, sobre un
partido de fútbol de alguna liga o copa, de esas tantas que se juegan,
beberaje de por medio, fue el hijo
quien rompió el hielo.
-Mirá viejo, yo lo que quería decirte es que me
tiene podrido este tema del médico. Yo sé que vos pensás diferente y me chupa
un huevo, pero esto del problema crónico es una locura. No voy a tomar esa
medicación, es más- mintió- ya ni me duelen los riñones.
El padre quiso interrumpirlo pero no lo dejó y
prosiguió con su discurso, estaba envalentonado y con un aire que inspiraba
mucha confianza.
-Seguro que ese problema es por cualquier otra cosa,
ya veremos, pero que esta no es la solución es seguro.
Ni bien terminó de soltar palabra, batió un poco su vaso, le metió el dedo, revolvió un poco y tomó un largo sorbo. Su padre quedó callado, un poco estupefacto por las últimas palabras. Lo del principio se lo
esperaba, pero eso del problema lo desconcertó. Una extraña sensación recorrió
su cuerpo. Las palabras de su hijo parecían inculparlo, exhibían una gran cuota
de culpa y el destinatario era él. Lo corroboró cuando volvió los ojos. Vió como Osvaldo movía la cabeza hacia atrás, ceño fruncido y levantada de cejas
mediante, mientras que hacía una mueca con su cara. Si bien estaba preparado
para ceder, esto lo sobrepasó un poco, no la dejó pasar.
-¿Qué estas insinuando? ¿Qué el problema es mío? ¿Qué
esto es culpa mía? Resulta que ahora, que vos tengas los riñones jodidos,
porque te encanta una cosa el trago, como a mí, no lo niego, ¿es culpa mía?- su
cara tomaba lentamente color- Osvaldo me parece que exagerás un poco.
-Mirá viejo- Osvaldo parecía llevar la discusión a un
terreno donde él era amo y señor- yo no digo nada, solo digo que es una locura
esto de los riñones. Soy un loco joven, y si te pasó a vos, y a tu viejo y me
pasa a mí es porque hay algo más. Se que no crees en las cuestiones
psicológicas, pero es así- y culminó la frase bien arriba- yo soy un romántico.
Su padre por su parte fue tajante.
-Vos no sos un romántico Osvaldo, sos un pajero.
tito
jajaja muy rico mr T.
ResponderEliminarcontundente, esta super bien escrito.
se nota mas prolijidad y todo, como leí que te sugerían por algún comentario anterior por ahí (va pa' vos Seo jaja!)
buenísimo loquillo, siga así tremenda historia.
"avían". Anda a cagar Johann Sebastian.
ResponderEliminarBuenazo tito como siempre. Vamo y vamo con esta historia.
Se está poniendo candente la historia, no seas tan rata y deleitanos con un parrafito más. Voto para que se extienda un párrafo cada publicación de "la cita". Y otra cosa (sin ofender): se me están pudriendo las córneas de leer tanto horror ortográfico. Word te corrije los errores tito!! Saludos
ResponderEliminar"vatio un poco su baso"
ResponderEliminarEsa particularmente me pareció una maravilla. Digna de lo mejor de la poesía vanguardista.
Ahora, si no lo leyó antes, se lo perdió eh.
Opino que este es un excelente punto final.
ResponderEliminar"esas que pesan más que la gravedad" me encantó eso.
Arriba!
Buena Tito! Me hiciste reír fuerte, hermano. Si querés una correctora ortográfica verdaderamente respetuosa, no recurras al Word: me ofrezco de corazón. Está buena esta historia, también yo quiero saber cómo sigue!
ResponderEliminarTe digo que los comentarios lo venden muy bien (salvo el de seoane) me quede en la cita IV voy a llegar
ResponderEliminarllega cuando quieras
EliminarO mejor! Escribí a lo César Bruto!
ResponderEliminarNoemi
me cagué de la risa tito jaja Muy buena viene la historia, ya leeré lo que sigue ..
ResponderEliminarMari