En otro momento esas palabras hubieran lastimado
mucho a Osvaldo, pero no esa noche, el estaba cómodo. Se rió sarcásticamente y
asintió con la cabeza, como quien da palmadas en la espalda.
-Yo sabía que iba a pasar esto- comentó con aire de
superioridad- al pedo te dije que vengas, ¿sabés que viejo? Ya fue, somos
diferentes, vos no entendés, ni querés entender y seguro pensás que a mi me
pasa lo mismo- y para rematar se puso un poco sentimental- Yo te quiero mucho
viejo, de verdad, no quiero pelear.
El señor Alberto, lejos de estar calmado, como
pretendía estarlo, parecía desencajado, estaba bastante colorado y no podía
parar de apretar los dientes. Le molestaba de sobremanera la actitud de su
hijo, su superioridad moral, campechano, de no pasa nada, paz y amor. Subió la
apuesta.
-Osvaldo, vos perdóname que te diga esto -mientras
terminaba de hablar se paro, se puso detrás de la silla y posó sus brazos en la
parte superior del respaldo- Yo también te quiero, pero quiero que sepas que
vos no sos, ni cerca, la gran persona que te crees ser, vos sos un mediocre,
eso y nada mas.
El terminar la frase fue una descarga de guerra, lo
dejo centrado y sin dudas mucho más aliviado, pero cuando Osvaldo fue
defenderse volvió a hablar.
-Andas por la vida con esa actitud de no pasa nada,
de que sos mejor, ¿mejor qué quien? Sos un mediocre, que se esconde, que se
regocija de serlo y cuando la vida aprieta papito, papito. Y lo peor de todo es
que capacidad no te falta, sos un tipo despierto, eso es lo que te encanta
pensar, “si yo quisiera” pero no, eso era antes, ahora sos un hombre, y sos
eso: un mediocre.
Osvaldo quedo un poco sorprendido, la artillería
pesada de su padre lo sacudió bastante pero no fue lo suficiente como para
llevarlo a ese plano. Su padre ya le había hecho saber todo esto, capas no de
forma tan directa pero si con actitudes y gestos. Igualmente su estado de ánimo
cambió, ya no estaba sobrando la escena.
-Viejo, te pido que te vallas- ya no era soberbio, era
sentido, estaba triste- otro día hablamos.
Su padre no tomo conciencia de la violencia del
momento hasta que estaba por llegar a su casa, manejando apurado y con mucha
ira. Lejos de querer ver las cosas como las planteaba su hijo, Alberto sumaba
caballos de batalla a su causa y se vanagloriaba por tener razón, se mantenía
prendido a ello, como quién lo necesita para vivir. Una vez acostado se dio
cuenta que todo aquello estaba muy lejos de estar bien. Había perdido el
control de la situación. Aún así, por un lado se siento tranquilo, de que hablo
el corazón, que no guardo nada, pero un sentimiento de intranquilidad le hacía
recordar los medios y no pudo coincidir con Maquiavelo. Se fue a dormir muy
afligido, con la ambigua sensación de cómo debía seguir esto, la relación con
su hijo. No tenia idea, y a un tipo como a él, eso lo molestaba. Maldijo con
fuerza.
Ni bien su padre abandonó la casa Osvaldo se encargó
de limpiar la picada, los vasos y volvió a mirar fútbol. Si bien estaba
bastante dolido, sentía, como su padre, que se alguna manera ambos dos se habían
expuesto tal cual eran, y eso era algo bueno. De todos modos odiaba escuchar a
su padre hablar así, sentir toda esa rabia. Como podía ser que fueran tan
diferentes, que no pudieran tener una conversación normal y civilizada. Recordó
un poco atónito escenas donde su padres discutían, y el sentía una extraña
complicidad con su padre. Su madre parecía retarlo por cosas tan tontas, tan
torpes, ideas locas, extravagancias de la vida. Ese recuerdo le regalo una
sonrisa. Él no era así, el también podía ser un romántico.
Atrapante historia! En ciertos momentos al inicio de los demas textos me hizo acordar a un amigo de la escuela que se caracterizaba por ser terco y siempre tener una respuesta a lo que las maestras le decían. Te recuerda a alguien? Salute
ResponderEliminargracias sin pecas
Eliminarjajaja, un amigo? el negro santana, jajajaja
grande loco, segui haciendo estragos
abrazo
Muy sentido, la historia sigue calando hondo cada vez que vuelvo y no es mentira. Hoy estuvo duro, capaz por que la leí ni bien me desperté y me la dio en la geta, pero era necesario que así sea. Bello texto. Bello eslabón...
ResponderEliminargracias bro, lindas palabras de un crak, gracias
Eliminarabrazo
Claridad y habilidad para crear ambientación. Transmite y llega. Sorpende y fascina. Arriba!
ResponderEliminarpero mira quien habla tambien (jajaja), don celtic, ¿le gusto?, genial hermano, gracias por las palabras de aliento, suman una banda
Eliminarcuando quieras las puertas estan abiertas de par en par
abrazo
Siempre al detalle, me encanta eso.
ResponderEliminarmuchas gracias r, vos siempre al firme con la cita
Eliminarabrazo