Colorado y de lentes. Dos cosas difícil de llevar en la
vida. Nunca fui de esas personas afortunadas. Para empezar, cuando nací mi
país, mi hermoso país jugaba la final de la copa del mundo por primera vez,
según dicen la gente venía esperando ese partido una semana antes, ese día
nadie trabajo, el país se paralizo y bueno yo nací. Al sanatorio no fue nadie a
verme y eso que fui el primero en todo, primer hijo, nieto, sobrino y hasta
ahijado. Solo estaba mi madre y porque no tenía más remedio. Para colmo de
males arranco siendo parto natural, termino en cesárea, me enganche el pie en
el cordón, por lo que los médicos tuvieron que trabajar más todavía. Ese día ganamos, fuimos campeones, 1 a 0 gol
en la hora. Mi madre se acuerda bien, había una televisión en la habitación y
justo cuando el doctor empezó a deslizar el bisturí por el abdomen de mi
progenitora “el bomba” Villar la clavo al ángulo, el pobre hombre se olvidó que
estaba con un bisturí recién afilado en la mano y a la santa de mi madre la
abrió de par en par como quien abre una flauta de pan para hacer un refuerzo.
Yo tuve la suerte de ser un planificado, pero después de
todos los inconvenientes de mi nacimiento mis padres siempre sintieron un
pequeño rechazo, mi madre es la que capaz que tenía mas razones por mi culpa tenía
una cicatriz de 36 cm y se le termino la carrera de modelo de bikinis para la
revista de “NUVO” pero mi padre no tenía tantos motivos, pero igualmente nunca
me dio mucha bolilla.
Tuve que aprender a caminar a los porrazos, nadie quería
alzarme y todo por culpa de mi abuela que una vez llego a mi casa diciendo que
había leído en Facebook que alzar a un colorado traía mala suerte, aunque mis
padres no eran muy de creer en esas cosas le hicieron caso, así que la única
que me alzo alguna que otra vez fue la vecina y siempre lo hacía para darme un
coscorrón porque yo le mordía los tobillos. Los primeros años fueron bastante
duros. A los 5 mi madre me dijo clarito, -Ud. ya es grande, así que si quiere
comer va y se cocina solito, porque el día que yo falte va a ser un inútil
sino. No me quedo otra que aprender a hacer las tortas Royal esas que solo tenía
que mezclar y batir. Pero lo peor de mi vida fue en la escuela, ahí es una
selva sobrevive el mas fuerte y el amigo del fuerte. Yo no era ni uno ni otro,
por lo que sufrí mucho, muchísimo. De por si el que usa lente en la escuela es
el gil y lo mismo pasa con los colorados. Pero nadie se imagina el calvario que
es ser un colorado con lentes, me pegaron, me metieron la cabeza en los
inodoros después de que el gordo Luis hiciera sus necesidades (el gordo Luis
era famoso por el olor que largaban sus gases) también era el muñeco de prueba
de mis compañeros, siempre que a alguien se le ocurría una idea y se necesitaba
un conejillo de indias allá marchaba yo. Mis compañeros se encargaron de
cumplir la peor pesadilla de un niño en la escuela “estar desnudo en el patio
en pleno recreo” yo no sé la cantidad incontables de veces que mis compañeros
me agarraron y me dejaron denudo en el medio del patio. Por recomendación de la
directora me cambiaron varias veces de escuela pero el acoso hacia el
“coloradito gil de lentes” no cesaba. No me olvido mas el día que entre a mi
casa y la vi sentada a mi madre en el sillón llorando desconsoladamente junto a
mi padre, me vieron entrar y mi madre con lágrimas en los ojos me miró
fijamente y me dijo –Yo ya no sé qué mas hacer con vos, sos un nabo, sos un
estúpido, explicanos que tanto te cuesta defenderte? Lo que ellos no sabían que
la única vez que me quise defender termine colgado literalmente por el elástico
de mi pantalón jogging de la reja que separaba el patio de la calle en la
escuela, ahí quede toda la tarde con los huevos apretados, fue una experiencia
espantosa a tal punto que preferí que me castiguen a tener que pasar otra tarde
colgado.
En el liceo siguieron los abusos y castigos físicos hacia mi
persona, recuerdo que el día que se conmemoraba la jura de la bandera en primer
año liceal, estábamos todos formados en filas perfectamente derechas, todos con
las túnicas blancas impecables y las moñas azules bien armaditas pomposas,
todos los padres nos miraban nos filmaban nos sacaban fotos y nosotros
paraditos impecablemente. Ese día yo no
pude jurar la bandera, cuando la directora termina de dar un aburrido y largo
discurso y todos nos preparábamos para decir “ Si juro” el compañero que tenía
atrás me mete un dedo en el culo a lo cual yo instantáneamente me doy vuelta
para que acto seguido me baje el pantalón por lo que cuando todos dijeron esas
2 palabras que tanto había practicado, yo estaba agachado subiéndome el
pantalón y dándole el culo a la directora. Quedo como si me hubiera agachado y
mostrado mis nalgas al mejor estilo Bart Simpson a propósito. 2 semanas
suspendido, las señoras del barrio me tildaron de anti patriota y en la puerta
de mi casa pintaron frases haciendo alusión a mí supuesta traición a la patria.
Los años posteriores del liceo fueron iguales, yo siendo el
gil de la clase y ellos vivos, hasta ya un poco más crecido y en pleno auge de
“Rambo” encontré mi camino. No era pelar en una selva ni andar derrocando
dictadores de países bananeros. Con mucha paciencia, fui juntando lo que
necesitaba, y un día tome coraje y lo hice. Entre al liceo vestido de
guerrillero el primero en reírse fue el portero que me dijo algo como –Ah pero
vos sos el rey de los pelo… no pudo
terminar la frase, un balazo le atravesó la sien. Todos ellos, uno por uno
fueron cayendo, mientras me reía como un enfermo mental y apretaba el gatillo
mi venganza se iba realizando y mis compañeros aprendían que los colorados
también tenemos sentimientos y que es mentira que soportamos mas el dolor.
Ahora estoy acá, en un lugar muy blanco, con un chaleco
precioso de esos que se les atan las manos atrás. Es un lugar muy acogedor me
cuidan bien de bien, hasta me pusieron las paredes alcochonaditas para que no
me lastime si me caigo. Por lo que me dicen voy a estar un buen rato acá, lo
bueno es que ya nadie se volvió a reír del colorado con lentes.
El Manso Sosa.
Los colorados son mala gente
ResponderEliminarVamos Mansooo caraaajooooooooooo!!! Me re gustò!
ResponderEliminarBesuuu
manso, mansito sos el mas grande, sos esa luz que guía mi camino, sos el sol que me despierta en las mañanas, sos mis sueños húmedos, no se que haría sin vos.
ResponderEliminarAtentamente.
Una fiel admiradora.
Está bueno!
ResponderEliminarBien llevado, ágil y preciso.
Me gustaría leer al Manso metido en otros barriales; le tengo mucha fé.
Saludos estimado.
me gusto don manso, parece que ese coloradito no eligió como solución a sus problemas votar la lista 10
ResponderEliminarmanso está genial jaja. Conciso, las palabras justas
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