miércoles, 25 de julio de 2012

Una combo fatal


Colorado y de lentes. Dos cosas difícil de llevar en la vida. Nunca fui de esas personas afortunadas. Para empezar, cuando nací mi país, mi hermoso país jugaba la final de la copa del mundo por primera vez, según dicen la gente venía esperando ese partido una semana antes, ese día nadie trabajo, el país se paralizo y bueno yo nací. Al sanatorio no fue nadie a verme y eso que fui el primero en todo, primer hijo, nieto, sobrino y hasta ahijado. Solo estaba mi madre y porque no tenía más remedio. Para colmo de males arranco siendo parto natural, termino en cesárea, me enganche el pie en el cordón, por lo que los médicos tuvieron que trabajar más todavía.  Ese día ganamos, fuimos campeones, 1 a 0 gol en la hora. Mi madre se acuerda bien, había una televisión en la habitación y justo cuando el doctor empezó a deslizar el bisturí por el abdomen de mi progenitora “el bomba” Villar la clavo al ángulo, el pobre hombre se olvidó que estaba con un bisturí recién afilado en la mano y a la santa de mi madre la abrió de par en par como quien abre una flauta de pan para hacer un refuerzo.
Yo tuve la suerte de ser un planificado, pero después de todos los inconvenientes de mi nacimiento mis padres siempre sintieron un pequeño rechazo, mi madre es la que capaz que tenía mas razones por mi culpa tenía una cicatriz de 36 cm y se le termino la carrera de modelo de bikinis para la revista de “NUVO” pero mi padre no tenía tantos motivos, pero igualmente nunca me dio mucha bolilla.
Tuve que aprender a caminar a los porrazos, nadie quería alzarme y todo por culpa de mi abuela que una vez llego a mi casa diciendo que había leído en Facebook que alzar a un colorado traía mala suerte, aunque mis padres no eran muy de creer en esas cosas le hicieron caso, así que la única que me alzo alguna que otra vez fue la vecina y siempre lo hacía para darme un coscorrón porque yo le mordía los tobillos. Los primeros años fueron bastante duros. A los 5 mi madre me dijo clarito, -Ud. ya es grande, así que si quiere comer va y se cocina solito, porque el día que yo falte va a ser un inútil sino. No me quedo otra que aprender a hacer las tortas Royal esas que solo tenía que mezclar y batir. Pero lo peor de mi vida fue en la escuela, ahí es una selva sobrevive el mas fuerte y el amigo del fuerte. Yo no era ni uno ni otro, por lo que sufrí mucho, muchísimo. De por si el que usa lente en la escuela es el gil y lo mismo pasa con los colorados. Pero nadie se imagina el calvario que es ser un colorado con lentes, me pegaron, me metieron la cabeza en los inodoros después de que el gordo Luis hiciera sus necesidades (el gordo Luis era famoso por el olor que largaban sus gases) también era el muñeco de prueba de mis compañeros, siempre que a alguien se le ocurría una idea y se necesitaba un conejillo de indias allá marchaba yo. Mis compañeros se encargaron de cumplir la peor pesadilla de un niño en la escuela “estar desnudo en el patio en pleno recreo” yo no sé la cantidad incontables de veces que mis compañeros me agarraron y me dejaron denudo en el medio del patio. Por recomendación de la directora me cambiaron varias veces de escuela pero el acoso hacia el “coloradito gil de lentes” no cesaba. No me olvido mas el día que entre a mi casa y la vi sentada a mi madre en el sillón llorando desconsoladamente junto a mi padre, me vieron entrar y mi madre con lágrimas en los ojos me miró fijamente y me dijo –Yo ya no sé qué mas hacer con vos, sos un nabo, sos un estúpido, explicanos que tanto te cuesta defenderte? Lo que ellos no sabían que la única vez que me quise defender termine colgado literalmente por el elástico de mi pantalón jogging de la reja que separaba el patio de la calle en la escuela, ahí quede toda la tarde con los huevos apretados, fue una experiencia espantosa a tal punto que preferí que me castiguen a tener que pasar otra tarde colgado.
En el liceo siguieron los abusos y castigos físicos hacia mi persona, recuerdo que el día que se conmemoraba la jura de la bandera en primer año liceal, estábamos todos formados en filas perfectamente derechas, todos con las túnicas blancas impecables y las moñas azules bien armaditas pomposas, todos los padres nos miraban nos filmaban nos sacaban fotos y nosotros paraditos impecablemente.  Ese día yo no pude jurar la bandera, cuando la directora termina de dar un aburrido y largo discurso y todos nos preparábamos para decir “ Si juro” el compañero que tenía atrás me mete un dedo en el culo a lo cual yo instantáneamente me doy vuelta para que acto seguido me baje el pantalón por lo que cuando todos dijeron esas 2 palabras que tanto había practicado, yo estaba agachado subiéndome el pantalón y dándole el culo a la directora. Quedo como si me hubiera agachado y mostrado mis nalgas al mejor estilo Bart Simpson a propósito. 2 semanas suspendido, las señoras del barrio me tildaron de anti patriota y en la puerta de mi casa pintaron frases haciendo alusión a mí supuesta traición a la patria.
Los años posteriores del liceo fueron iguales, yo siendo el gil de la clase y ellos vivos, hasta ya un poco más crecido y en pleno auge de “Rambo” encontré mi camino. No era pelar en una selva ni andar derrocando dictadores de países bananeros. Con mucha paciencia, fui juntando lo que necesitaba, y un día tome coraje y lo hice. Entre al liceo vestido de guerrillero el primero en reírse fue el portero que me dijo algo como –Ah pero vos sos el rey de  los pelo… no pudo terminar la frase, un balazo le atravesó la sien. Todos ellos, uno por uno fueron cayendo, mientras me reía como un enfermo mental y apretaba el gatillo mi venganza se iba realizando y mis compañeros aprendían que los colorados también tenemos sentimientos y que es mentira que soportamos mas el dolor.
Ahora estoy acá, en un lugar muy blanco, con un chaleco precioso de esos que se les atan las manos atrás. Es un lugar muy acogedor me cuidan bien de bien, hasta me pusieron las paredes alcochonaditas para que no me lastime si me caigo. Por lo que me dicen voy a estar un buen rato acá, lo bueno es que ya nadie se volvió a reír del colorado con lentes.
                                                                                El Manso Sosa. 

6 comentarios:

  1. Los colorados son mala gente

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  2. Vamos Mansooo caraaajooooooooooo!!! Me re gustò!
    Besuuu

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  3. manso, mansito sos el mas grande, sos esa luz que guía mi camino, sos el sol que me despierta en las mañanas, sos mis sueños húmedos, no se que haría sin vos.
    Atentamente.
    Una fiel admiradora.

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  4. Está bueno!
    Bien llevado, ágil y preciso.
    Me gustaría leer al Manso metido en otros barriales; le tengo mucha fé.
    Saludos estimado.

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  5. me gusto don manso, parece que ese coloradito no eligió como solución a sus problemas votar la lista 10

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  6. manso está genial jaja. Conciso, las palabras justas

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