jueves, 27 de octubre de 2011

De la memoria

  Impasible, postrado en la nada, así estaba yo aquel día. La tarde anunciaba ya su final, la noche y la luna sin pedir permiso se asomaban en el cielo. Paisaje hermoso si los hay, el atardecer. Esa rara conjunción de color y oscuridad, ese hermoso amarillo que va transformándose, allá en el horizonte, en un naranja. Por suerte de donde yo observo veo algo más. Al paisaje se le agrega lo cotidiano del siempre presente río, genial. La imagen queda partida en tres elementos: el agua, que espeja todo y lo hace mas intenso, la fina capa de tierra de más allá con sus árboles oscuros, y por último un cielo cubierto de nubes y naranjas de todas las tonalidades, como una explosión divina, y lo es. Cierro los ojos y los abro, todo sigue ahí, nada ha cambiado, yo tampoco, sigo manso, sereno, como quien esta en la nada, como quien disfruta de ella, sin ningún tipo de ansiedad o pensamiento. La intensidad de los colores me hace cerrar los ojos y por un movimiento natural de la cara, al cerrar los ojos se me dibuja una sonrisa, que luego mantengo y agrando, estoy realmente conectado con el lugar.

 Muchos dicen que una imagen vale más que mil palabras, yo digo: “un recuerdo es mucho más que una imagen”, hay veces que uno logra de verdad retroceder en el tiempo, vivir nuevamente la magia de un momento. Se puede engrandecer el momento, se lo puede menospreciar y hasta temer, pero en fin, es eso, un recuerdo y es personal como la vida, como la percepción de las cosas. Entonces me cuestiono tal recuerdo, me pregunto cómo fue, que tonta pregunta que me hago, es como yo me lo acuerdo, este recuerdo en particular no se ha modificado, así lo siento y eso me basta para atesorarlo y defenderlo contra todo, éste es real. Entonces cierro los ojos y lo veo, lo vivo, lo disfruto.

 No fue hasta hace un tiempo corto atrás, que me di cuenta que mi maquina del tiempo me tenia atrapado en un mundo tan real como ficticio. Así despierto, reacciono, me abruma la idea de haberme dormido por tanto tiempo, de estar en la trampa del tiempo, de no generar más vida, de permanecer atrapado en la realidad pasada. Porque en definitiva la vida es memoria, es asociaciones de recuerdos, ahí el peligro del despistado, del distraído, del dormido: quedar stand by, reproducir pasado y vivir en su constante.



                                                                           tito

5 comentarios:

  1. muy bueno. me gusto mucho. hay un par de hallazgos por ahí que me hicieron pensar mucho. el mejor texto de tito en tiempo. para mi, q se yo.

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  2. Coincido con Mr. Anónimo, lo mejor de Tito hasta la fecha... un texto nacido desde sus entrañas, sincero y sentido

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  3. creo haber sentido el desconcierto que produce el darse cuenta que hace tiempo uno vive en el pasado.
    Fue en el parque rodo un dia que estaba solo.
    Este texto tuyo tito me hizo revivirlo y en este momento lo estoy reproduciendo mientras escribo esto.
    Asi que no se si me desperto, o si ahora estoy todavia mas atras.

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  4. Estimado Tito:
    No haga tanta fuerza para atesorar los recuerdos, eso puede resultar un tanto cansador. Mejor levante las barreras nomás. Deje vía libre para que los recuerdos -que tengan la perseverancia y el coraje suficiente- se hagan su propio espacio y nos devuelvan un poco de la mágia de aquel momento.

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  5. un tito reflexivo..me gusto, siga asi..

    una humilde seguidora del toman..

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