viernes, 21 de octubre de 2011

Cabo Santa María

Here is that sleeping place                            
Long resting place                                            
No stretched place                                          
That never-get-up-no-more                        
Place                                                                      
Is here 1                                                                  
             Juan Carlos Onetti

 Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate 2
             Dante Alighieri

I

 era mi hermana la que me contaba como a veces se tiraba en la cama a llorar y en más de una ocasión armó las valijas a cualquier hora para irse de ese lugar de mierda. la Paloma se llamaba y para mí siempre había sido una sucursal de la felicidad o algo parecido al espacio en donde suceden los sueños. es cierto que siempre, desde chico, habia ido en verano, y solo una vez en invierno y por unas horas; esa vez el lugar me causó la misma impresión de belleza apenas algo más desolada, y cuando subí al faro y mire el pueblo y las playas casi por igual desiertas y el mar golpeando las rocas con una paciencia aprendida y ensayada desde los primeros dias del mundo pensé que ahí era en donde quería pasar los últimos días de mi vida, al lado del fuego y un libro y de la mujer de la cual ya conocía el nombre. la paloma es una presencia en mi vida desde antes de la memoria y la palabra. recuerdo cuando llegabamos despues de un viaje largo de más de siete horas y veíamos el mar y la arena a nuestro costado, y el olor a sal y pinos nos invadía como una confirmación, y dabamos la primera vuelta por entre las calles y las casas hasta alcanzar el faro, y yo entonces sabía que desde ese momento se abría una nueva dimensión del tiempo, más fugaz, más preciado, ansioso por volverse nostalgia. recuerdo también como una vez durmiendo en casa de mis tios, en una habitación que da a la playa, el mar parecía nacer desde mi almohada como un caracol. yo sentía como su oleaje bañaba vigilia y sueño en un sonido de arrullo, de tambores. era la continuidad.
a veces los recuerdos son tantos que me pregunto en donde guardaremos el olvido.

II

 pero mi hermana me contaba lo que yo no habia vivido, una verdad aprendida, resignada, a salvo ya de sueños y nostalgias. creia ver algo hermoso y descarnado en sus palabras, en el relato de ella y diego en una casa asediada por la soledad y el mar igual a un barco, aprendiendo el invierno y el frío, y como hasta la soledad puede ser compartida. me lo contaba todo en un tono calmado, ajeno ahora a la desesperación, estando ya la decisión tomada, hilando de a poco una historia que ya habría contado a mi madre y a mi otra hermana, y que a partir de ese momento contaría incontables veces a toda persona con la voluntad de escucharla, con un fin de curación y distanciamiento, como un mantra. si desviaba apenas los ojos y los ponía a mirar hacia dentro, podría haber visto a la tristeza crecer como una planta. las cosas no habían salido ni cerca de lo planeado, cuando el proyecto inicial que los había llevado hasta allí se cayó, de a poco fueron viendo como todas las puertas se cerraban, como un reflejo de las personas que había dentro, son bichos, me decía. las únicas con las que pudieron hablar no eran del lugar, gente mayor que les decían cosas como qué hacen acá muchachos, nosotros ya estamos jugados, ustedes son jovenes, vayanse cuanto antes. me contó como una vez, estando en rocha en busca de trabajo, pensó en ir a la iglesia. yo por dentro no podía concebir el recorrido que la conducía hasta las puertas, los pasos de ella divididos entre la incredulidad y la esperanza que la llevaban a retomar una relación que había puesto en suspenso por los últimos veinte años. iba a raspar el fondo de la olla en busca de la esperanza. pense más tarde en el origen de la palabra religión, de como proviene de la palabra latina religio y como a su vez ésta proviene del verbo latino religare, significado que podría traducirse como ligar de nuevo, volver a unir lo que una vez fue uno. y yo pensaba, que asi sea. pero finalmente fué, hizo el camino. cuando llegó estaba cerrada.

III

 le pregunté si no había entre todas las cosas que me contaba algún recuerdo alegre. quería asegurarme que no era una versión privada del infierno. buscó por un tiempo, movida por mi insistencia, y finalmente me dijo que quizás si: los primeros días, dijo, ibamos a la playa con diego y el agua estaba tibia por todo el calor y el sol que habia juntado del verano y nos quedábamos ahí acostados hasta despues del atardecer. el otoño apenas se abría como los primeros acordes de guitarra de una bossa nova y la soledad agigantada de marzo en la costa, supongo, les haría pensar cosas como todo lo que vemos delante de los ojos es nuestro y depende de nosotros lo que hagamos con ello. pero claro, eso fue antes del invierno, y yo pensaba que era del tiempo de la esperanza de lo que me hablaba.

                                                                                                 Seoane


1  poema atribuido a Molly, en La Casa en la Arena, de Juan Carlos Onetti. la versión original está en ingles, asi como la transcribo al inicio del texto. para los incultos que no saben lo mismo que yo les dejo la versión traducida por P. Montauban solo para que despues puedan leer la orginal. 
Aqui es ese durmiente lugar
Del largo descanso lugar
No limitado lugar
Ese nunca-despertarse-más
Lugar
Es aquí


2 inscripción grabada en las puertas del Infierno, de la Divina Comedia de Dante. podría traducirse como:                          , Abandonen toda esperanza, ustedes que entran.

7 comentarios:

  1. muy bueno, el relato se lleva muy bien y si bien yo no se nada de formalidades literarias esto es excelente a mis humildes ojos
    tito

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  2. hermosamente narrado como con el pulso de un "ilustre literato" (guiño guiño oink oink)

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  3. estoy sin palabras
    ..no se que decir..solo te digo que lo que sea que haya pasado ahora se que valio la pena.

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  4. Me gusto mucho tu narracion. Hay que saber ver las senales, lo de la Iglesia esta buenisimo.

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  5. Qué buena historia. Sí, es una historia real y triste, pero es que hay veces que hay que jugársela, y yo pensé cosas parecidas a lo que decís al principio cuando la Ceci me contó la historia. Hay que jugársela y si sale mal, esta bueno tener gente que te quiera, y más, y mucho más, si inspira este tipo de relatos. Aplausos señor, muy bueno!

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