viernes, 5 de abril de 2013

La cita parte I



Osvlado Garcilazo era así, un loco común, un tipo de esos que puede perfectamente pasar desapercibido. De nada sabia mucho pero aun así se revolvía gracias a una discreción particular y un don, de esos que solo la vida puede dar, las corazonadas. Trabajaba lo suficiente para vivir. No tenia gustos refinados ni le interesaba mucho el dinero. Con lo que ganaba vivía y si le sobraba invertía en amistades o amores fugases, que no deben ser mal entendidos como putas, estaba en contra de la explotación sexual.
Quiso la vida que un buen día Osvaldo se levante con un fuerte dolor lumbar, sobre los riñones. No le dio mucha bola, el era un creyente de que todo pasa. Pero lo que pasaron fueron los días y su dolor permaneció en el mismo lugar, in cambiado, ni mas agudo ni mas leve. Fue entonces que decidió que era prudente concurrir a una cita médica. El no creía en los doctores, para nada, es más les tenia un repudio particular fundado por el odio que hacia estos ejercía su abuela materna, la señora Euchelina Moran. “son todos iguales, unos mercenarios” aun así cerraba su frase con un “es lo que hay”. Talvez por la moda o el tiempo que les toco vivir, la cosa es que Osvaldo a diferencia de su abuela no se rendía al “es lo que hay” y era un gran profeta de la medicinas alternativas, desde homeópatas a psicólogos. El creía que las enfermedades  eran todas psicosomáticas. A pesar de todo esto deicidio que tenia que saber que era lo que estaba pasando, que era lo que su cuerpo le estaba diciendo, para saber por donde actuar.
El lunes, dos semanas luego de que el dolor apareciera, decidió llamar y coordinar una hora. Le dijeron que lo mejor seria pedir hora con un medico general. Disco y espero.
-Hola, buenos días.
-Si, ¿que tal? Yo llamaba para pedir hora con un medico general.
-Si este es el número. ¿Me pasa su cedula y su nombre por favor?
-Me llamo Osvaldo Garcilazo y mi cedula es 3.456789-9.
-Un momento señor.
Arreglado todos los asuntos formales le dieron hora para el martes 15 a las 15 horas. Pero quisieron las casualidades de la vida que el lunes 14 este peculiar personaje presentara una gran mejoría que lo hizo dudar de asistir a la consulta. ¿Si ya estaba bien para que quería ir al medico? Su padre un hombre de gran respeto y estima por toda la comunidad, un hombre de saco y corbata, planchado a la vieja escuela le dijo “Osvaldo, te dejas de pelotudeces y me vas a la cita, además yo la conozco a la doctora Hernández, gran profesional… mejor persona”. Osvaldo que era manso cual Lazy se dijo para sus adentros “ya estoy mejor, voy, le doy un gusto y no pierdo nada”. Lo que Osvaldo nunca sospecharía era que la máxima de “el pez por la boca muere” le jugaría una pasada fatal.

                                                                                                          tito

4 comentarios:

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  2. ¿Está tito reflejando en el texto sus problemas ?
    Un cuento sencillo, ingenioso y amable de leer, muy al estilo tito que me gusta.

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  3. barbarida! quiero saber que le pasa!!(escribo esto, pero ya lei la parte 2 primero)
    sos tan tito! en eso coincido con molly muy al estilo tito..jaja euchelina..genial..saludo titouuu!! y ahora espero el 3!

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