Osvlado Garcilazo era así, un loco común, un tipo de
esos que puede perfectamente pasar desapercibido. De nada sabia mucho pero aun
así se revolvía gracias a una discreción particular y un don, de esos que solo
la vida puede dar, las corazonadas. Trabajaba lo suficiente para vivir. No
tenia gustos refinados ni le interesaba mucho el dinero. Con lo que ganaba
vivía y si le sobraba invertía en amistades o amores fugases, que no deben ser
mal entendidos como putas, estaba en contra de la explotación sexual.
Quiso la vida que un buen día Osvaldo se levante con
un fuerte dolor lumbar, sobre los riñones. No le dio mucha bola, el era un
creyente de que todo pasa. Pero lo que pasaron fueron los días y su dolor
permaneció en el mismo lugar, in cambiado, ni mas agudo ni mas leve. Fue
entonces que decidió que era prudente concurrir a una cita médica. El no creía
en los doctores, para nada, es más les tenia un repudio particular fundado por
el odio que hacia estos ejercía su abuela materna, la señora Euchelina Moran.
“son todos iguales, unos mercenarios” aun así cerraba su frase con un “es lo
que hay”. Talvez por la moda o el tiempo que les toco vivir, la cosa es que
Osvaldo a diferencia de su abuela no se rendía al “es lo que hay” y era un gran
profeta de la medicinas alternativas, desde homeópatas a psicólogos. El creía
que las enfermedades eran todas psicosomáticas.
A pesar de todo esto deicidio que tenia que saber que era lo que estaba
pasando, que era lo que su cuerpo le estaba diciendo, para saber por donde
actuar.
El lunes, dos semanas luego de que el dolor
apareciera, decidió llamar y coordinar una hora. Le dijeron que lo mejor seria
pedir hora con un medico general. Disco y espero.
-Hola, buenos días.
-Si, ¿que tal? Yo llamaba para pedir hora con un
medico general.
-Si este es el número. ¿Me pasa su cedula y su nombre
por favor?
-Me llamo Osvaldo Garcilazo y mi cedula es
3.456789-9.
-Un momento señor.
Arreglado todos los asuntos formales le dieron hora
para el martes 15 a las 15 horas. Pero quisieron las casualidades de la vida
que el lunes 14 este peculiar personaje presentara una gran mejoría que lo hizo
dudar de asistir a la consulta. ¿Si ya estaba bien para que quería ir al medico?
Su padre un hombre de gran respeto y estima por toda la comunidad, un hombre de
saco y corbata, planchado a la vieja escuela le dijo “Osvaldo, te dejas de
pelotudeces y me vas a la cita, además yo la conozco a la doctora Hernández,
gran profesional… mejor persona”. Osvaldo que era manso cual Lazy se dijo para
sus adentros “ya estoy mejor, voy, le doy un gusto y no pierdo nada”. Lo que
Osvaldo nunca sospecharía era que la máxima de “el pez por la boca muere” le
jugaría una pasada fatal.
tito
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ResponderEliminar¿Está tito reflejando en el texto sus problemas ?
ResponderEliminarUn cuento sencillo, ingenioso y amable de leer, muy al estilo tito que me gusta.
Pobre osvaldo
ResponderEliminarbarbarida! quiero saber que le pasa!!(escribo esto, pero ya lei la parte 2 primero)
ResponderEliminarsos tan tito! en eso coincido con molly muy al estilo tito..jaja euchelina..genial..saludo titouuu!! y ahora espero el 3!