jueves, 2 de agosto de 2012

El mágico mundo del pecado


Tarde, en plena noche, fueron todos llamados a confesar. Inocentes, culpables, todos por igual pasaban por el confesionario del padre Miguel. Entre tantas almas algunas se perturbaban, se preguntaban que habían hecho mal, eran buenos, no entendían porque compartían acusación con los graduados, los pecadores, siempre estaban castigados y no paraban de blasfemar, de usar en vano el nombre del señor.
-sigues tu joven hijo-  indico un joven monaguillo.
 Con mucho miedo Javier se separo de sus compañeros, estaba muy asustado, los cuentos del padre miguel eran horribles, siempre tenía esa manera de ver atreves del alma, de fabricar un pecado. Soltó una lágrima antes de cerrar, sobre si la puerta.
 El cubículo era muy pequeño, de unos 3 m2. Dividido en dos partes, por una delgada madera con una ventanita muy pequeña. De un lado Javier,  del otro,  el padre. No lo veía, pero sentía su presencia. El padre la confirmo.
-sin miedo hijo, estas con dios, cántame todo, todo lo que pasa, nada es tan malo que no merezca el perdón.
 Javier aun no cumplía los 9, no entendía mucho del bien y el mal, no de la manera que se lo explicaba Erisburto, el catequista. No entendía porque si dios era tanto amor, él le temía, le tenía tanto miedo. Cada vez que aparecían los curas, todo moría, el aire se cortaba, el mundo se detenía a verlos pasar, y ellos, con su aire señorial se paseaban jactándose de su grandeza, la sacaban a relucir. Un día un padre muy joven golpeo a un niño porque tenía una gran mancha de barro. Nunca lo entendimos, pero nunca más dejamos que nuestro uniforme se manchara. el mensaje era claro y simple, el que tiene barro es pecador, el pecador es golpeado, el golpeado aprende.
 -padre yo no hice nada malo, he rezado, he cumplido con todo-soltó con mucho miedo, su carita transformada, no era un niño, era todo un adulto. Pero que podía tener de malo un ser de 8 años, una alma que solo quería jugar al futbol y embarrar su uniforme, tal vez, como mucho, que lo mire alguna niña, allá a lo lejos, detrás de las rejas  que separaban con mucho recelo, aquellos seres extraños. El padre sabia de esto,  que el niño tenía pensamientos impuros, que quería sonreír con una niña.
 -yo sé que tu cabeza piensa en cosas feas, yo sé lo que se siente, yo sé que parece natural, así opera Satán, el peor de los vicios, el peor de los males, es no asumirlo, no afrontarlo- decía el padre, con una sonrisa entre cómplice y maliciosa- con migo no tienes que mentir ni ocultar jovencito, yo, tengo gente que mira por mí, yo tengo un don.
 Javier no entendía nada de lo que decía el padre, salvo sabía que era malo. ¿Porque era malo? porque no era como Esteban, el niño que siempre llevaba el cáliz, que siempre usaba túnica blanca, al que todos adoraban. Una vez ese niño había dirigido el rezo, se decía que dios lo iba a elegir.
 -cuando tu almohada arda, y no puedas cerras los ojos te acordaras mío joven, de tu oportunidad de hablar, de decir todo, de esquivar a Satán, yo te lo avise hijo, ahora está en ti confesarlo.
 -yo he pensado en las chicas del otro colegio padre, yo no quise, solo que pensé en sus sonrisas, nunca más va a pasar- comentaba entre sollozos el pobre niño- lo juro padre nunca más pasara.
 -quisiera creerte, pero siempre bienes a mí con nuevos pecados, al parecer estas muy tomado, la maldad cala hondo en ti jovencito. Serás castigado, vas a recibir azotes diarios por una semana, espero que el dolor haga en ti lo que la palabra no logran.
  Javier no paraba de llorar, ahora sí, a cara descubierta, a todo pulmón, no entendía nada, pedía perdón, no gritaba, sabía que eso le podía costar más azotes.  Erisburto abrió la puerta y violentamente lo retiro del confesionario mientras le gritaba que dejara de llorar, que eso era cosa de niñas, que eso era el pecado, que el diablo iría por él en la noche. En la noche Javier por más que quería no podía dormir, sentía mucho miedo, pensaba que el diablo no le dejaría despertar nunca, él quería despertar, ver a su hermana, a sus primos,  volver a su hogar. Pero por más que lo intento, el cansancio lo sorprendió cuando bajo la retaguardia y entre ese  mar de pensamientos horribles, de miedos infundados, fue que le cayó el sueño. Era tal su tormento que siguió sufriendo después de dormido. Esa noche Javier se orino todo, se orino tanto que mojo al compañero que dormía debajo del.
  Muchos años más tarde recordaría  ese día como el principio del fin. Su niñez cambio, día tras día fue perdiendo sus ambiciones, sus sueños. Perdió su encanto, su valía, su alma, Javier no sabía pero los pecados habían comido, ahora estaba muerto, Satán consiguió su cometido, ¿que se podía esperar? tal vez que fuera jardinero, en el mejor de los casos ayudante de panadero, pobre Javier, tan joven, tan pecador, tan muerto



                                                                                                                       tito

11 comentarios:

  1. Respuestas
    1. muchas gracias naza, gracias hermano por tu comentario
      abrazo grande

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  2. cuando tu almohada arda, y no puedas cerras los ojos te acordaras mio joven, de tu oportunidad de hablar, de decir todo, de esquivar a satán, yo te lo avise hijo, ahora esta en ti confesarlo...

    Me encantó tito. Pobre Javier, cuanta confusión, de alguna u otra manera hay que cuidar a nuestros niños de esos personajes devastadores. Que imágenes, excelente Mr T.

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    1. muchas gracias vieja, salud para vos y larga vida al factum

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  3. Muy bueno tito! Los elogios hacia usted ya son innecesarios. Se aguardan nuevos relatos inspirados en tierras europeas! Salú

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    1. muchas gracias che, vamo arriba sin pecas, el as del twett
      saludd!!

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  4. BELLO HIJO!!!!! POBRE NIÑOOOOO!!!! TE AMO BEBE!!!!!
    SOS UNICO E IRREPETIBLE!!!!!
    AVANZA!!!!!
    SIEMPRE ADELANTE!!!!
    BESOS..
    MAMI.....

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    1. DISCULPAME TITO...SOY LA MAMA DE SEBA Y ME COLGUE PENSANDO Q ERA EL. DISCULPA.
      ABRAZO

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    2. jajaja no pasa nada, era todo cariño igual.
      abrazo
      saludos y muchas gracias por pasar por el blog

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  5. Muy lindo!!
    dejar SER.
    Algunas religiones en vez de purificar el alma nos atan a una estrucuta y metodo a seguir completamente inutil para el desarrollo humano!

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  6. Bien!
    Me gustó en general, pero sobre todo el diálogo entre el padre Miguel y Javier.
    Creo que el relato es profundo, en el temática, pero también tiene imagenes más cercanas, desde el llano.
    Aplaudo siempre esa doble perspectiva; muy bien!

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