miércoles, 9 de noviembre de 2011

Persevera y triunfarás

No recuerdo con exactitud, pero creo que nunca aprendí a dividir o por lo menos hoy en día no puedo dividir si no es con una calculadora o si es alguna cuenta media fácil. Las maestras siempre me decían aquel dicho de “persevera y triunfarás”, el cual es una de las más grandes mentiras del mundo, al igual que “todos los niños son lindos”. No todos los niños son lindos, yo conocí uno que en vez de parirlo parecía que lo habían vomitado pobre botija, era feo, muy feo, cuando le sacaban fotos abrían la cámara de gusto así se velaban las fotos y salía todo blanco, pero no viene al caso.
Miren que a lo largo de mi vida yo perseveré y perseveré pero nunca triunfé, es mas, siempre se daban los mismo resultados, el destino me daba un no como respuesta.
A la edad de 10 u 11 años conocí a mi primer amor, ella era preciosa, no se podía decir lo mismo de mí que tenía que usar lentes, en la escuela usar lentes era lo peor que te podía pasar y no conforme con eso mis padres me pusieron los famosos “culo de botella”. Hoy en día me doy cuenta de lo hijos de puta que fueron conmigo, me habrán dado muchas cosas y les agradezco pero nunca les voy a perdonar esos “culos de botella” que tuve que llevar por años. No sólo eran feos sino que eran pesados también, hasta que no me los saqué nunca entendí la expresión de “andar con la frente en alto”, las maestras me preguntaban que andaba buscando continuamente, que andaba mirando para abajo, nunca entendieron que el peso de los lentes inclinaba mi cabecita para abajo. El tema es que con ese primer amor perseveré, le escribí cartitas, poemas, dibujitos de corazones, todo lo que estaba a mi alcance lo hice, pero no dio resultado. La muy puta se arregló con el rugbier de la clase (ya desde ese entonces los rugbier pegaban minas), el galán de la clase, era un cataco señores, media 1.25 cms pero en fin, ella lo eligió a él. Yo en realidad era amigo de él, pero yo era el amigo que siempre le salía todo mal y a él todo bien. En la obra de fin de año en 6° de escuela el protagónico de la princesa se lo dieron a mi amor imposible y el príncipe, papel por el cual luché con uñas y dientes, me preparé para el “casting” de ese papel, me leí toda la obra, lo ensayé miles de veces, ¿adivinen a quien le dieron el papel? Si al hijo de puta ese, pero lo peor no es eso, sino lo que me dijo la maestra cuando me vio mal por no haber conseguido el papel: “no te preocupes para vos también tenemos un papel importantísimo”. Terminé abriendo y cerrando el telón.
También en la escuela viví un claro caso de “por más que perseveres “cuando no se tiene, no se tiene”. Durante meses intenté entrar al coro, me parecía algo sumamente divertido por el tema de los viajes y los encuentros con otros coros del país. Un miércoles fui a clase de coro y le dije a la profesora que quería entrar, me audicionó pero no tuve éxito de ningún tipo, me dijo que tenía un voz muy bonita pero no era lo que el coro precisaba en ese momento, vale aclarar que siempre fui medio ronco, no tanto como el Coco Basile pero ronco en fin. Al miércoles siguiente fui nuevamente a la audición de coro, por supuesto que tampoco quedé, y seguí yendo miércoles tras miércoles, seguía los consejos que la profesora me daba tales como comer miel, hacer gárgaras con salmuera, vocalizar; pero no quedaba ni de suerte en el coro. Si sería malo que un día por cansancio decidieron darme el toc toc, pero de cantar ni hablamos, igual fui una semana y me aburrí, no fui más después. 
De grande también fui un gran perseverante, tan perseverante que eso hasta me trajo problemas judiciales después de que una vecina me denunciara por acoso, pasa que yo le manifestaba mi amor de diferentes formas, le colgaba pasacalles, le grafitié la pared de la casa diciéndole que le la amaba, la “acompañaba a todos lados” y ella no me comprendía.
Se podría decir que soy un incomprendido social, lo mismo decían de Picasso, un artista incomprendido al igual que yo, también tuve mi época de artista, pero prefiero no hablar de eso después de los 15 fustazos que me propino mi progenitor cuando dije que quería ser artista. El tema es que no es fácil nacer en una familia de clase media, pero eso queda para otro día.

El Manso Sosa

4 comentarios:

  1. Ho don manso tanto tiempo. que placer volverlo a leer.

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  2. grande manso, esta genial tu relato la gasta parte del final:"prefiero no hablar de eso después de los 15 fustazos que me propino mi progenitor" jajaj
    saluddddd

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  3. cuando leí lo de picasso (el incomprendido) me llamó la atención enseguida. después me acorde de esto: un libro de borges y bioy casares, Crónicas de Bustos Domecq, que se abre con estas palabras: "A esos tres grandes olvidados: Picasso, Joyce, Le Corbusier."

    Manso: un placer como siempre. nos vemos la semana que viene.

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  4. Persevera y persevera manso

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