abro la canilla y espero hasta que empiece a salir el agua caliente. a mi lado en el fuego está el arroz fritándose en aceite, esperando el agua para cocinarse, cada una taza de arroz dos de agua cada dos tazas de arroz cuatro de agua, repito en silencio. mi prima está a mi costado, cortando el tomate y la lechuga, cuando de repente acerca el cuchillo hacia el chorro de agua caliente para limpiarlo y lo aleja en seguida. Claro, el agua está caliente, me dice, por eso el cuchillo se limpió tan rápido. sus palabras son como una llave para mi pensamiento, en verdad es un fenómeno fantástico el porque de que el agua caliente limpie mejor la suciedad que el agua fría. nunca nadie ha podido desentrañarlo. Ha de ser, le digo, por la disposición de los átomos del agua. intento desarrollarlo, El agua caliente, al acercarse a su punto de ebullición, genera que sus moléculas se separen y sus enlaces se vuelvan más inestables (uso las palabras con total irresponsabilidad, mis conocimientos de química son casi nulos, se podría decir se estancaron en cuarto año de liceo, sin embargo siento al usarlas una voluptuosidad similar a la de tirar una rabona o un caño en un match de fútbol). Mi tesis, continúo, consiste en pensar que el agua caliente es más efectiva para limpiar la suciedad por su disposición atómica, por estar más cerca del paso del agua al estado gaseoso. pero mi cabeza sigue pensando, cuántos mundos hay dentro de una gota de agua, vemos el mundo y los objetos siempre a la distancia establecida por nuestros ojos, por el límite de la mirada, mis manos son mis manos desde donde las miro, si me acercase más, con la potencia de un microscopio, vería entonces un desorden de células o átomos luchando por mantenerse unidos, el orden es nada más que una cuestión de perspectiva, y es que acaso no tendemos siempre a uniformizar lo heterogéneo, y lo más importante de todo es que nunca, por ningún medio
Puta madre, digo en voz alta, me olvidé cuantas tazas de agua iba.
Aaaaaa, mi prima se ríe, a mí me pasa todo el tiempo.
Seoane
los quiero!! limaditos! su hermana y prima.
ResponderEliminarestá hablando del faaaaaaaaaaaaaaaaaaso
ResponderEliminarnos dicen dispersos; a mime gusta mas pensar que somos leves. tan livianos que una simple idea como brisa nos lleva lejos.
ResponderEliminarcomo la hoja en la tormenta
ResponderEliminarPero Don Augusto, a usted también le da por la poesía?
ResponderEliminarmuy rico todo.
ResponderEliminarAay! Yo me muero!
ResponderEliminarOrgullo y pico de que mis palabras hayan sido citadas en este hecho verídico, tan bien narrado, por cierto.
Y la verdad.. deberíamos solicitar la confirmación o refutación de nuestra, o mejor de tu hipótesis. Quién te dice que, en una de esas no ande algún conocedor en profundidad de la materia y nos aclare esta gran duda existencial.
Brindo por ésta y por todas las que faltan venir.
PDs:
*(para el 1er. comentarista anónimo): ...y sí, está hablando del faso.
*(para ceci): Tu prima limadita te quiere también!
"aaaaaaaaaaa mi prima se rie, a mi me pasa todo el tiempo" lo sacaria y quedaba redondo el relato.
ResponderEliminarel agua caliente derrite la grasa, salamín
ResponderEliminar(le digo al narrador, no al que escribe)
aaaaaaa pírulero, comente sin miedo que acá somos fascistas solo en politica.
ResponderEliminarrespondiendole, yo se que el agua caliente saca la grasa, es un hecho, pero todavia no me estas explicando el porque, es como si me dijeras q la zanahoria es buena para la memoria pero no me explicaras como actua sobre las neuronas, la corteza del cerebro, todo el sistema nervioso.
estoy divagando, no te preocupes
alguien m e dijo q si sacara la ultima parte el relato quedaria redondo. si, yo lo pense, pero si le saco eso tambien le saco protagonismo a alguien q realmente lo tuvo, q moldeo la anecdota, la formo tanto como yo.
ahora si, gracias por los comentarios
saludos terricolas