jueves, 10 de noviembre de 2011

Kuit Imbert

 no podía dejar de escuchar cualquier tipo de conversación, el sonido no me preguntaba, simplemente entraba por la ventana cual atrevido que se arrima al baño de damas. entonces yo, el mas vivo de los Imbert, una familia de vivos si los hay, me tome el atrevimiento de salir a la calle y pedirle al señor de cabellos largos que hiciera un poco de silencio, éste me miro sin muchas migas, sin mucha expresión en el rostro, me siguió mirando y no me dijo nada, no lo entendí, en mis pagos siempre hablamos de mas, puedo decir que lo que nos faltaba eran silencios y no palabras, pero en definitiva, como decía una maestra de la escuela, "puede y debe rendir mas", puedo citar tal vez también el famoso chiste de que empieza empieza con e y termina con t, de hecho ya lo hice, lo cite, jajaja, y así acelerado como moto grande, moto de macho, así venia el relato de un paisano viejo que entonaba con su guitarra la canción de don Alfredo "que pa la trilla hay que madrugar... ando muy mal comido y si tomo un vino me da por pelear" pero si será pilla la vida que lo que hoy fue mañana también y así de apoco me pegué a una botella, y nunca más pude salir, y cuando el final se aproximaba la pausa, lejos de ser eterna como cuentan los fantásticos libros rusos, fue efímera y tan corta que no me dio ni cuentas de mi vida, que gran patraña eso de morir viviendo la vida, si andarán de esas leyendas turbias, que no hacen más que minar el corazón de un hombre, llevarlo a los pagos de la soledad, a los pagos de lo no eterno, a los pagos de los átomos, de la muerte, de la locura, de los Imbert, familia de vivos si los hay.
 Miraba firme a su abuelo su preciosa nieta, el movía y movía la boca, no se detenía, parecía que quería contar algo pero no se podía escucharlo, ella le sonreía y con eso le bastaba al viejo Kuit para seguir con su eterno cuento de una vida, y pensaba la chiquilla que un muchachote de ojos bien grandes la había invitado a salir, se ruborizo de solo pensarlo, y no faltó que la moral le dijera que era una pervertida, por suerte gurisa con cabeza sana era la nieta de don Kuit "ni a las malas ni a las buenas preso no me han de llevar dijo prudencio correa", el doctor les dijo a los familiares que era buena idea ponerle música, su nieta le llevo algo de Alfredo.

                                                                                                       Tito

9 comentarios:

  1. está bueno pero creo que no lo entendí mucho. capaz hay q estar sobrio

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  2. Pa! Qué relato vertiginoso! Tiene una velocidad alucinada

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  3. Relato raro. Evidentemente para viejos no es.

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  4. el viejo Kuit Imbert, bisabuelo del Nacho Imbert (nacido en quebracho,estudiante de derecho, esbirro de lacalle pou) hoy se sentiria humillado de no ser por sus palabras que enaltecen su figura, ¡gracias!

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  5. Yo estoy sobrio y no lo entendí, pensé que había que estar bajo los efectos de algún estupefaciente para entenderlo.

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  6. el relato es un personaje muriendo, haciendo el duelo, el traspaso de su muerte a su eternidad, en fin como quiera el lector. en fin el viejo kuit supo representarme, supo ser la mano que movió la pluma que mis ideas no podían
    abrazo a todos

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  7. viene bien la explicación, se lee distinto ahora.
    che y ya q estamos... cuál es ese chiste que empieza empieza con e y termina con t?

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