viernes, 19 de julio de 2013

La Cita XXY

Los vio entrar y sentarse en una de las mesas. Un hombre y una mujer. El pelo de mi madre, el mismo pelo rubio y encrespado que yo le acariciaba. Pero ella no es mi madre. Mi madre murió hace dos días. Todavía tendrá ese pelo cayendo para que lo acaricien los gusanos. Los mismos ojos color tierra. Seguirá siendo mi madre entre la tierra. Ahí están ellos dos. Un hombre y una mujer. El comienzo de todas las historias, ¿no? Él se llama Osvaldo. Lo sé porque viene a veces con sus amigos. Grita y sacude los brazos cuando está borracho, se agarra la cabeza después de hacer una cagada. Pero ahora se esfuerza por parecer tranquilo, mide cada palabra, considera, antes de decirlo, el peso de cada mentira. Yo quisiera ser él en este momento, acercarme hasta el mostrador y pedir una cerveza. Dos vasos por favor. Así podría estar más cerca de mi madre, hablarle, buscarla entre los gestos de ella, entre sus olores. Mi madre se reía de la misma forma. Su cara oblicua sosteniendo la luz y las miradas. Tengo miedo de olvidarla, miedo de despertar un día y creer que toda mi vida ha sido así, este invierno, olvidar el lugar en que la enterramos, los lugares repasados en los que me prometí encontrarla. Me parece injusto confiarle todo lo que fuimos a la memoria. Camina hacia el baño y la sigo con los ojos. La debo haber mirado demasiado porque en algún momento ella me sostiene la mirada. Dejarla ir. No hacer nada. No estás loco Ismael. Qué idiota soy. ¿Qué hacen las mujeres en el baño? ¿Cuántas veces pueden mirarse ante un espejo? Si yo fuese Osvaldo le diría que está hermosa. Si yo fuese Osvaldo nunca le diría te amo. Decírselo cuando pase. ¿Qué puede pasar? ¿Qué mejor que alguien me rompa la cara? Divertirse. Hace muchísimo tiempo que no peleo. La adrenalina corriendo, el atropello de las palabras, el miedo a la vergüenza, forzar el odio hacia la otra persona. Creer nuestra propia mentira. Ahí pasa de nuevo. Todo el tiempo mirando hacia abajo. Que cara de pelotudo pone Osvaldo cada vez que la ve. Por dios. Está enamorado y no trata de disimularlo. Ese es su error. Ella va a salir corriendo en cualquier momento y yo no puedo culparla. En un momento dejan de llegar los mensajes, cada vez atiende menos el teléfono. En qué la habré cagado, piensa Osvaldo Y quizás no existe otra persona en el mundo que esté dispuesto a hacer por ella lo que él está dispuesto a hacer. Seguirla hasta el fin del mundo. Si, vamos. ¿Es ternura esto que siento? Pobre Osvaldo. Tratarlas como a un perro. Eso decía mi padre. Mi padre amaba los perros y mi madre lo amaba a él. ¿Qué puede inferirse de esta historia? Señores ¿Qué es el amor? 

                                                                            

4 comentarios:

  1. excelente!!,e me re gusto, esto es la cita, por favor a todos, tómense el atrevimiento
    abrazo
    saludos

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  2. Ala mierda, venia a expresar lo srprendido que estaba, en como quise leer las primeras palabras y no lo solte hasta el final, y un monton de cosas mas. Como esto "Me parece injusto confiarle todo lo que fuimos a la memoria" y veo tu comentario tito jaja.
    Alguien me explica que paso ? anda una pluma conocida atras de este relato? que sospechoso

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  3. Pido perdon a los hermanos musulmanes. Quise arranncar diciendo A (espacio) la

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  4. uhh que lindo me gusto mucho che!

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