Serian algo así como las 4 de la mañana, capas un
poco mas tarde, lo seguro era que no pasaba de y media. Una noche de mucho
calor, para ser congruentes con la estación y el lugar. Mi compañero dormía
placidamente, yo, que no se porque tenia este insomnio loco por esas fechas me
tomaba una cerveza bien fría cuando sonó el teléfono, estaba tan cerca que solo
sonó dos veces.
-Veníte ya para la intermediación de la 3 y la 26,
terrible accidente, hay un lote de muertos.
Ese dato me callo muy mal, todo lo el esfuerzo del
alcohol por sedarme un poco y darme una falsa paz desaparecieron. “Que trabajo
de mierda” pensé, y era tal cual, trabajar en la sección forense manejando una
ambulancia, acarreando cadáveres era una mierda. Según mi compañero era mejor
que llevar gente viva, estos se quejan mucho, están vivos y eso les da
esperanzas, por más falsas que puedan ser.
-Julio, levantáte, tenemos que salir.
A Julio no le gusto nada mi noticia, por su cara
había tenido un día bastante complicado, creo que su mujer lo estaba dejando y
tenían un lío con los gurises, cosas que pasan Julio.
Salimos expresos por Soriano rumbo al este y doblamos
al norte en Bulevar Artigas, de ahí hasta republica Argentina otra vez al este,
Avenida Italia y salimos por la ruta 3 rumbo al norte. El empalme con la 26
esta a unos 30 Km. de Paysandú, a las 4:40 estábamos ahí. Era todo barullo, una
camioneta de la policía, una de caminera, una ambulancia, el camión y nosotros
completábamos el cuadro.
Fue arrimarnos un poco que ya vi el auto, parecía ser
victima de una morsa gigante estaba completamente comprimido, la parte
delantera estaba por los asientos traseros y el camión se notaba había subido
sobre lo que una vez fue el capo. En mis 5 años de trabajo, fue la primera vez
que amague a vomitar, los cadáveres estaban completamente desfigurados, era
horrible, dos mayores y dos jóvenes, por suerte todos murieron en el acto. El
camionero estaba en un estado de shock total, temblaba cual hoja en otoño que
sabe va a caer, el juraba que no tenia
la culpa y maldecía.
El auto con matricula Argentina circulaba por la 26
rumbo a Paysandú, regresaban de unas vacaciones por el Brasil. Al llegar al empalme
con la 3, por la noche, el descuido o valla uno a saber, no noto que tenia que
doblar a la derecha tomar una semi rotonda y así enganchar la 3. El conductor
hizo lo que había echo semanas antes al tomar la 26 por la 3 pero a la inversa.
Cuando uno va de Paysandú a Tacuarembo, simplemente se desvía un poco a la
derecha y ya engancha la ruta 26, no tiene ninguna pirueta, es simple, porque
en la dirección en que va uno, es la misma del otro lado, pero ese pedazo de
uno 50 metros que une las dos rutas es de una sola vía. Por ahí circulaba el
camionero a 90 km por hora cuando el auto impacto de frente a unos 100.
tito
sin condimentos hermano! me extraña araña...te abrazo fuerte!
ResponderEliminarEl texto me atrapo de entrada y queria avanzar en la historia, me dio la sensación que el ultimo párrafo se podría mejorar un poco capaz la ansiedad tuvo la culpa. Vamo arriba tito buenazo haberte leído otra vez.
ResponderEliminares raro este texto. tiene como una potencia que no termina de desarrollarse, pero eso está bueno, lo vuelve extraño, perturbador. está bueno explorar por ahí, por generar una expectativa y truncarla. es un efecto bien interesante.
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