martes, 13 de marzo de 2012

Ojos

“Tenés los ojos enfermos” me dijo, al tiempo que me miraba con ojos grandes, llenos de salud.
“Sí…” le contesté “…debe ser psicosomático, como la picazón que me ataca la nuca”.
“¿Psicosomático? No digas pavadas” me retó, leyendo mentira en mis ojos insanos.
Me senté en la cama, crucé mis piernas y apoyé mis codos sobre mis rodillas, para así sostener mi cabeza entre mis manos. Tanteé mi rostro, recorriendo con mis dedos mis pómulos hasta llegar a la altura de mis ojos. Los noté hinchados. Mi ojo izquierdo vibraba, pesado y constante, como si pretendiera entreverarse con el latir de mi corazón. La miré a ella, tendida relajadamente sobre la cama, tan hermosa como siempre. Ella también me miraba, desde sus ojos bellos y brillantes. Extendió su mano hacia mí y comprendí el gesto enseguida, nuestros cuerpos hablan un mismo lenguaje. Ella tenía la costumbre de cederme sus brazos tensos, como invitándome a amarla. Yo recorría con ambas manos sus extremidades, trazando un camino desde su antebrazo hasta la desembocadura de sus dedos. Apretujaba cada retazo de su piel, vaciándolo de estrés. Mis ojos todavía sanos, estallaban de emoción al encontrarse con los suyos retorciéndose de placer. Pero ahora estaban los míos enfermos, moribundos… y la contemplaban a ella, compartiendo el gesto del suicida que antes de morir se permite un último goce.
“Los tenés hinchados…” me decía sonriendo “…tenés que ir al médico” agregó con ironía, pues yo sabía que ella desconfía de toda medicina convencional.
“Es que existen muchas cosas que enferman la mirada. Me enferman las malas películas; me enferman las palabras escritas nacidas de bocas de idiotas mal articulados; me enferma la plástica apariencia que reviste una verdadera esencia; me enferma la patética imagen de falsos profetas en televisión, política y religión; me enferman las caras partidas de inocentes innatos y los actos infames que se suceden de a ratos; enferma mis ojos la enfermedad misma… ¡Ay!”. Para cuando terminé mi discurso me encontraba tendido en el suelo, la emoción hitleriana que se apodera de todo buen orador, me llevó a pararme para entonar mejor mi panfleto y a caerme de culo, como buen político de turno. Ella reía, detrás de sus ojos risueños. Yo asomé los míos al pie de la cama. Ella comprendió al instante, no necesitó palabras. Ella debió notar el manto de lágrimas que se tejía en mis ojos, pues simplemente dijo “Lo que enferma tus ojos es el llanto…”.
Mis ojos orgullosos no querían asumirlo, pero ante la inevitable ausencia de la imagen de ella preferían enfermarse e ir encegueciendo… poco a poco… después de todo, de qué vale un par de ojos sanos cuando ya no hay belleza que contemplar.

Elugo 

15 comentarios:

  1. Qué texto más complejo y a la vez, con una estructura muy comprensible. Me encanta cuando escribís en ese tono confesional, honesto. Te estás poniendo salado porque tenés un estilo. Salú tu literatura, Elugo, y seguí escribiendo mucho!

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  2. Muy muy bueno elugo... Me encantó. Felicitaciones

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  3. Buenisimo, Elugo se está poniendo romántico. Genio!

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  4. Elugo!!! Muy buena che!

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  5. Épocas de lucidez y creación sobretodo. Que bueno

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  6. eh! maestro, ¡cuéntas admiradoras!
    lindo relato, un poco trilladita la frase final, pero lindo.

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  7. Me gustó Elugo. Es bueno

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  8. Clap Clap Clap Clap
    Muy bueno

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  9. Cómo escapar a la emoción hitleriana, es tan buen motor.

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  10. jajaja me encanto sobre todo las cosas q te enferman viviras enfermo entonces... muy bueno

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  11. es muy bueno, cuanta verdad hay en tus palabras
    saludddd

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  12. fa.... nose... muchas cosas... sentí...
    me transmitió mucho

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  13. Elugo!
    Admiro su capacidad para coquetear con la metáfora sin dejarse robar el corazón.
    Me tomo el atrevimiento de hacerle notar que existe una redundancia de adjetivos y pronombres posesivos; principalmente en el inicio del texto.
    Estos facilitan la redacción pero le quitan fluidez a la lectura (por lo menos en mi caso).
    Me gustó leerlo.

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  14. Agradezco a todos los comentarios positivos y las acotaciones constructivas! Este tipo de ánimos me cura los ojos... Salú!

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