viernes, 9 de marzo de 2012

Acerca del paradero de Seoane

¿Encontraría a Seoane?

 Nos separaba un tiempo largo desde la última vez que habíamos hablado.
 Así lo recuerdo: de mediana estatura, aún más silencioso, alejándose con la vista pegada al suelo, incapaz de sostener por mucho tiempo otra mirada, siempre escapando a las despedidas. Lo imaginaba durmiendo entre fantasmas, buscando su rostro entre espejos , desesperado por escribir su nombre en servilletas o en papeles sucios que levantaba de la calle.
 A veces se acercaba a mí con el aliento necesario para decirme dos o tres frases al oído, como poniéndome una semilla en la mano,  pero claro, entonces no había tiempo para el ritmo lento de las palabras y siempre eran otras las prioridades, estudiar, leer, más que nada fumarse el tiempo con amigos o metérselo en la lengua y esperar a que empiece a pasar algo o hacerse una paja y enseguida ir a acostarse con el celular olvidado lo más lejos posible de la cama. O extrañarla y pensar en cómo habíamos dejado morir el amor como a un perro viejo o a un enfermo al que se le dan inyecciones puntuales de morfina para que olvide el dolor cabalgando cada centímetro de su cuerpo. 

                                                                                     Pablo Montauban

8 comentarios:

  1. que comentario de mierda augusto! cual so?

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  2. buenisimo,como siempre. despegado. vamo arriba hermano! ceci

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  3. La sencillez de los grandes aplausos para pablo

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  4. cada dia me sorprende mas el toman, buenazo pablito, bue-nazo.

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  5. buena seoane, esta muy bueno, me gusta la retroinspeccion (existe esta palabra?)
    salud y un fuerte abrazo de un hermano al otro

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  6. Este montauban promete, si no se pierde en la paja y en la depre, va a ser algo grande!

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