viernes, 16 de septiembre de 2011

A oscuras

 La luna estaba en el cielo del otro balcón. Yo estaba en el que mira a la parte de atrás de los edificios y de las casas, saliendo de la cocina, entre la ropa tendida. Mirando el corazón a oscuras de la manzana. Era noche de luna llena, pero para mí eso era solo una verdad probable, un cuento contada por la persona que había sido en un pasado cercano, otra persona. Para verla tendría que haber cruzado todo el apartamento hasta el balcón que da a la calle. Y yo estaba a gusto, en el cielo sin estrellas, encandilado. Cada tanto un gato salía de entre telones de oscuridad y mis ojos se montaban a su lomo, persiguiéndolo como a una estrella en la noche, hasta que se perdía en alguna sombra.
Respiraba la soledad por los pulmones, la envolvía con un humo espeso, pesado, a cada bocanada. El paisaje de terrazas y azoteas y sabanas blancas moviéndose en el viento me fascinaba con una intensidad similar a la que, imagino, mueve a un pintor a pintar una escena determinada. La oscuridad de la noche borraba los límites, hacía que todo el edificio de la manzana pareciera una sola construcción integrada, gigantesca, apenas alumbrada por el resplandor de la luna anunciada. Verla (la construcción, el edificio) me sugería el signo de un palacio, una ciudadela o un laberinto. Yo era el guardián en la torre, el centinela de turno de una fortaleza oculta, lejana en el tiempo y el espacio.  Pensé que en ese momento era el único capaz de acceder a esa imagen, a esa perspectiva. Yo era, quizás, el único que sostenía con mi mirada ese mundo privado, a oscuras. Tuve miedo de dormirme, de abandonarlo,  de que se detenga esa pequeña porción del universo al no tener a nadie para darle cuerda.
Entonces mi hermana encendió las luces de la cocina.  Estuvo lavando unos platos en silencio (yo afuera apenas oía el sonido del agua corriendo por la canilla) y se fue sin apagarlas, sin hablar, sin preguntar nada. Pienso que no quería molestarme. Volví al mundo real en el que yo estaba en una terraza, rodeado de ropa sucia y algún electrodoméstico muerto,  y de la basura real que no tenía lugar en el adentro del apartamento. Pero quería volver. Tuve que entrar a apagar las luces, con el miedo de que al regresar todo se haya esfumado para siempre, de haber perdido mi visión como se pierden los sueños entre las sabanas. Cuando volví seguía allí, esperándome, y yo pensaba que era como estar viendo el lado oscuro de la luna.
                                                                                                                       
                                                                                                             Seoane  

8 comentarios:

  1. Me gustan las construcciones de Seoane. Por ahí le encontré algún error - para mí - de puntuación, pero nada alarmante. Está bueno. Tienen atmósfera, y eso siempre atrapa al lector.

    abrazo

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  2. gracias sigma por comentar, siempre esta bueno eso. si te parece importante (a mi me parece) decime en donde crees ver ese, o esos, errores de puntuación y por ahí lo corrijo o intercambiamos visiones de lo que entendemos que es correcto. abrazo y gracias de vuelta

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  3. Uf, detallarlo y discutirlo por acá está complicado. No pretendía corregirte. Además, como dije, no es nada alarmante. Simplemente para mí quedaría mejor de determinada manera, no estoy diciendo que no es válido como lo pusiste vos, por eso puse "para mí".

    Saludos

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  4. Que todo el mundo opine, que nadie se quede mudo
    ¿es Seoane un artista, o un terrible boludo?

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  5. sin duda un artista, muy bien seoane se nota progreso en cada relato. muy bueno !

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  6. muy bueno el relato,las imágenes que se van generando a medida que vas leyéndolo..eso es destacable, las puntuaciones? que se yo, para mí..intrascendente...de todas maneras, tratá de leer a sigma(si no lo hiciste ya) y quizás entiendas que es lo que te quiso decir:intercambio entre artistas, boludo! (y ya contesto la pregunta de don prensio)

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  7. me gusta! en mi cabeza se va creando la imagen que con palabras me contas.
    me transimtio la paz de la noche y me hizo recordar lo que yo he vivido en esa terraza del electrodomestico muerto, entre la ropa y las botellas.
    esa sensacion de ver todo desde arriba.

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  8. que corta mambo la hermana che!!!!

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