viernes, 11 de abril de 2014

...más boliche

Hace unos días, en el bar, conocí a Marcelo, no recuerdo mucho, igual no importa, la cosa es que tardamos bien poco en hacernos compinches, compartimos el gusto por el futbol, las buenas lecturas, las drogas y las charlas estériles sobre como cambiar el mundo. Tomábamos cerveza, reímos, hablamos de cosas al pedo y por alguna razón, por cierta magia del tiempo y el espacio, terminé siendo el narrador de un hecho de su vida…

Hace cuatro días que Marcelo no sale de la casa, tiene puesto un short negro con tiras blancas a los costados, le llega hasta la rodilla, Marcelo es alto, castaño, buen mozo.  Lo estoy mirando, ahí, reposando en el sillón del estar, el parece no percatarse. Su short esta sucio, creo que es semen, a lo mejor pasta de dientes, capas mocos, pero es esa mugre sutil y casi imperceptible que se va adhiriendo a la ropa por la rutina misma del ocio indispuesto, ese que es en realidad otra cosa, más bien decidía.  Marcelo no esta bien. fuma largas pitadas de su cigarro Charamy sin filtro, una situación que se repite, ah de estar fumando una caja de 20 por día. Lo curioso es que mientras fuma parece buscar algo, no se que, no me atrevo a preguntarle, esta un poco ideoso. Creo que no se ha bañado mucho. Apenas si come. Marcelo pasa pegado al teléfono esperando esa llamada que todos los días no llega, creo que es su madre, pero su madre murió y el lo sabe.


Entonces estamos de nuevo, Marcelo, la tele y yo. Marcelo destapa una cerveza y sirve dos vasos, de palabras nada. Fumamos un porro, otro y otro, Marcelo toma cerveza como si fuera el último día, creo que esta ebrio, se pone verborragico, pesado y melancólico, una combinación espeluznante, Marcelo logra asustarme, gesticula con tanta violencia, habla de cosas sin mucha coherencia y no para de ofender al género opuesto. 


tito

2 comentarios:

  1. Tito que grata sorpresa che! Me re gusto el texto, la voz que lo cuenta, las imágenes, las reflexiones. Abrazo de gol negro T

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