viernes, 31 de enero de 2014

Tranquilidad interrumpida

Se me perdió algo. Empiezo a buscar, sin ganas pero con un interés de por medio, entonces quiero alcanzar ese fin. Empieza la búsqueda por el lugar seguro donde suponía que iba a estar, no está. Busco en una habitación, no deja verse a simple vista, entonces sacudo la tierra de los muebles, corro los objetos que se interponen como obstáculos que entorpecen la búsqueda, nada. Voy a otra habitación sabiendo que el resultado iba a fracasar, era como lo supuse, no estaba. La situación comienza a convertirse en un sutil misterio, busco hasta en el baño, sabiendo que tampoco estaría. Entre muebles, entre hojas, entre libros, hasta adentro de la heladera busqué. Recorro pasillos mecánicamente, de un lugar a otro, la misión consistía en encontrarlo. En un instante, comparable con el de un rayo de luz que anuncia al trueno, imaginé en mi cabeza la respuesta del lugar donde estaría lo que estaba buscando, y era correcto. Voy descalza pisando la madera del piso, hago cinco pasos hasta una de las habitaciones. Enciendo la luz, todo aparentemente normal, era la habitación a la que nadie entraba, las cosas que estaban ahí tenían su lugar moldeado, nadie las movía ni las tocaba, estaban para juntar tiempo y polvo. Pero yo sabía que estaba ahí lo que buscaba, entonces miro debajo de una cama y acerté con mi premonición.
Resulta que recientemente había aparecido alguien que caminó por los mismos lugares que yo camino. Compartimos los espacios y los movimientos, como también los hábitos y los intereses. Es que estoy acostumbrada a ser dueña de mi territorio, de trazar el camino que voy recorriendo sin que nadie lo camine por encima. Además esa persona que transitó hoy, un día cualquiera, un día más en el calendario, un día más de esa secuencia de días interminables que hacen parte de una época de vorágine, confusión, incertidumbre y penas, es decir, no cualquier día o un día común; transitó con su particular y característico tornado, cambiando de lugar las cosas, (justamente, el maldito objeto que estuve buscando) rompiendo otras, y desnudando la vida misma.
La secuencia había sido más o menos así: preparamos abundante comida, sabiendo que sobraría, dulces, salados, frutas, verduras, carnes, todo para nosotros. Por momentos sonaba la maravillosa Elis Regina en el fondo de la situación y eso amenizaba. Se trataba de una dedicación de algo para alguien, de esmero en las cosas, regalos, gratitud y si exprimimos los cuerpos, caían algunas gotas de ternura. Yo comenzaba a escuchar y ver cosas que no quería, que no quiero. Y si la moneda tiene dos caras, toda situación de la vida también las tiene, o quizá varias más. Pero acá veía como esas gotas de ternura se transformaban en violencia, como toda esa cantidad de comida eran solo excesos que intentaban llenar espacios que estaban vacíos porque se gastaron y no quedó nada. Las melodías y la voz de Elis se transformaron en un cruento silencio, en un portazo de puerta y un lugar abandonado.
Soy clara, mi manera de actuar lo demuestra y lo que me justifica es la propia racionalidad, características que se están caducando, que están tocando los límites de mi personalidad, anunciando finales. Hoy fue uno de los finales de este gran fin.
Acá estoy, sentada muy cómoda y relajada, con las piernas extendidas y mirando mis pies descubiertos, sola con mi soledad, de la que empiezo a asustarme, porque en realidad pienso que en sí misma no existe, que esa brisa, el escalofrío que recorre mi cuerpo desde las piernas, es la presencia del fantasma que está junto a mí, que va a seguir estando, haciendo lo que sabe hacer, de manera pasiva, silenciosa, y dañina, robarnos a nosotras mismas.

Myriam Stefford

9 comentarios:

  1. me gusto mucho el texto myri, me vi caminado tus pasos, siguiendo ese camino que es solo tuyo, ese territorio que hoy abris
    un placer tenerte por el toman
    salud!

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  2. que lindo!! Me gustó mucho, gracias por compartir. Rosina

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  3. es enigmático este texto. me gustó el ritmo que tiene, la elección de la mayoría de las palabras.

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  4. seguramente es enigmático porque me resulta fácil describir sensaciones pero no así sus orígenes. Saludos seo!

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  5. Alejandra Pizarnik dijo, un 11 de julio del '65: “Me horroriza mi lenguaje. Miento todo el tiempo……me gustaría escribir en forma simple y clara”. Y pocos días después, el 25 de julio: “¿Y la literatura? Rotundo fracaso. Odio escribir con un nudo en la garganta pues me obliga a abstraer conceptos y a decir palabras huecas y sonoras……Si el escribir fuera lo mío no estaría siempre con esta seguridad de que lo principal de cada uno es indecible.”

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    1. qué curioso tu comentario Myri, y genial por cierto, porque hoy intercambie opiniones, entre otras tantas cosas, sobre lo simple y cuando releo y vuelvo a releer lo que decía Pizarnik no puedo dejar de hallar cierta magia en sus palabras y en las curiosidad de que vos transcribís esto, justo hoy
      gracias!

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    2. Leí esa cita y me identifiqué un montón justamente en este texto. Que buena coincidencia la nuestra tito

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