martes, 27 de agosto de 2013

Espejito espejito

Cocinando. ¡Qué fea me quedó la salsa blanca! Recién después de tres años me doy cuenta que no era la nuez moscada lo que le daba a la suya tan horrible sabor; Se le quemaba. Igual que a mí. La única mujer a la que creí odiar: “pendeja de mierda, histérica, imbécil, charra, trola ”  ¡Aagghh! Hoy pienso que a pesar de la rabia que me provocaba nos parecemos mucho. Por lo despistada, mi inutilidad en el lavado, el malhumor repentino, lo perra...  Capaz no tuvo malas intenciones sólo que no pensaba bien. Capaz no era falsa y sí, me quería. 
Mi progenitor, otro boludo. Cómo pudo ser tan cruel solía cuestionarme. Pero otra vez, tras encarnar las mismas cagadas, con consecuencias más leves dada mi corta edad, descubrí que no. Maldad no era, más bien desesperación: esa que también me atravesó.
Así sucesivamente me fui viendo en las caras de los demás, de casi todos. Ese punto de convergencia que cuesta asimilar. Borrar el instintivo prejuicio de que el otro no podrá comprenderme ni yo a él dadas nuestras diferencias: primer paso a mi Revolución. 

Mariana

3 comentarios:

  1. me gusto
    es un viaje la memoria y los que con ella asociamos
    en este caso el gusto, es un viaje
    demas mari
    abrazo

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  2. Mari!!! Recién leo esto... Me gustó mucho, gracias. Espejito :)

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