Como la mañana era aun una
lejana amiga del medio día, nuestro personaje decidió que seria prudente ir completando
todas las compras que precisaba. Digno de su renovada confianza y convicción no
lo pensó dos veces. Llego a la esquina y doblo a la derecha, dos cuadras
adelante estaba su objetivo. El ferretero, un ser bastante despreciable, según Esteban,
se encontraba en pleno almuerzo, el cual realizaba en plena actividad laboral. Sentado
en una especie de banco, pero más alto, así como el de los bares, este sujeto comía
un sándwich sobre la caja. Por los restos esparcidos en el mostrador,
el mencionado aperitivo era de pollo.
Sin siquiera mirarlo le emitió un sonido que
evidenciaba un claro "¿que queres?". "Veneno para ratas". Estas palabras
parecieron calar hondo en las viseras del viejo, con mucho más disposición de
la transmitida hasta el momento, se incorporo y fue a buscar el solicitado
producto. Luego de unos pocos segundos, su figura estaba de nuevo junto a un
paquete en su mano izquierda. "acá tenes son $50 pesos". Sin
agradecer y pagando con el monto justo, Esteban se marcho.
¿Que le quedaba aun?, tenia el traje, tenia el
veneno...a claro, aun quedaba comprar el ataúd. Igualmente algo por dentro
lo motivo a ir a su casa, mañana habría tiempo para hacer el resto de las
compras, además, ya tenia todo bastante organizado. No le sentó mal poder
tomarse el viernes libre, pero cayo en la realidad, tenia que ir a trabajar, como olvidarlo,
maldito trabajo. No le importo, su planteo era esta vez mucho mas osado, faltaría
al trabajo y se juro que si le decían algo, eso seria el fósforo que prenda la
mecha de la más salvaje de las bestias que alguien había visto.
Ya no hay dudas, el Esteban que todos conocíamos estaba muerto, subyugado por esta nueva versión mucho mas impulsiva y determinada al éxito. Poco a poco el se apodera de sus espacios de dolor, comenzando a reinar por sobre cada una de sus células, de sus tejidos, sus órganos, su cuerpo, !que digo¡ su vida.
Ya no hay dudas, el Esteban que todos conocíamos estaba muerto, subyugado por esta nueva versión mucho mas impulsiva y determinada al éxito. Poco a poco el se apodera de sus espacios de dolor, comenzando a reinar por sobre cada una de sus células, de sus tejidos, sus órganos, su cuerpo, !que digo¡ su vida.
tito
Gracias por el final
ResponderEliminarTito quiero darte mi apoyo con este comentario.
ResponderEliminarCual?
Este
en q anda el nano?
ResponderEliminarbueno vamo a dejarla por ahi, en realidad todos sabíamos que si seguia desayunando bollitos (no "biszcochitos" hermano) con poxiram era obvio q en algun momento le iba a pegar mal (y viste q no le pongo comillas a "pegar", no regalo el chiste hermano)
ta lamentable lo mio
paso a comentar
bien me gustó tito, me parece q podes seguir más cada entrega, q podes hacernos enganchar más. yo me quedé con un gusto a poco, y me hubiera gustado quedarme con algo más para así esperar con más fuerza la próxima entrega.
seguíla. me quedé con ganas de saber en q termina, o como continúa las cuitas de esteban.
nos vemos el jueves
Bollitos y poxi es bueno pa la circulación.
EliminarTito a mi me gustaron los dos textos me parecen que tu escritura esta mucho mas prolija.
Lo que me sigue faltando creo que a veces no logro sentir las emociones que debería con los actos del personaje porque no llego a conocerlo lo suficiente capaz le faltan descripciones o ayúdanos a ver lo que vos viste. no se si se entiende?
yo voy tranquilo transitando el camino con el personaje, la ceremonia ¿a donde nos lleva? ¿de que ceremonia hablamos?
ResponderEliminarsin querer me preparo para dar con una imagen en las próximas entregas que pueda llegar a exprimirme las tripas. no es por meter presión, pero hágase cargo, estimado escritor, de las expectativas que usted esta generando...