jueves, 22 de mayo de 2014

En el nombre de los Padres


  Cuando a mi madre le comenté que estaba en la nómina de abanderados se alegró mucho, mi madre es una persona de emociones fuertes. Me abrazó con fuerza, me llenó la cara de besos y prometió comprarme muchos dulces. Yo en realidad estaba bastante grande para comer dulces, una barba rancia y mal afeitada se conectaba con mis pelos en el pecho que denotaban mi adultez. Más bien quise decirle “mamá y si mejor me compras un casillero y un 25” pero me contuve, yo soy un tipo estable, y por sobre todas las cosas mediador. Si señor, yo no dejo que las cosas se pongan patas arribas, yo si de algo entiendo en esta vida es del consenso, del gris, del punto medio. Pero antes de que pudiera decir palabras ya estaba hablando por celular con mi viejo “no vas a creer ¡Eduardo!, No, no, nada que ver, si, si, el está bien, si, si, esta libre, obvio, no, no. ¡¡¡Pero que cosa!!! ¡¡¡Si no me dejas hablar imposible ché!!! Que esta vez es una alegría te digo, si, si, ¡¡el botija es abanderado!!...”. En ese momento caí en la cuenta de cuanta expectativa había generado mi anuncio, demasiado, obvio, si les comenté que mi madre era una persona de emociones fuertes ¿que decir de mi padre? Un loco, un desquiciado, inestable por donde se lo mire. Qué paradoja, el tipo no conocía los puntos medios, era de la vieja escuela, del blanco y el negro. De seguro que ya estaba comprando una picada monumental, invitado vecinos y parientes de todos los lugares del recóndito planeta, porque el hombre, no se medía, cuando organizaba una fiesta, tenía que ser señora fiesta. De seguro por su cabeza volvía a erguirse el orgullo por su hijo, ese tantas veces bastardeado. No puedo fallar al afirmar que enumeraría uno a uno los parecidos que no tenemos, los dotes que nunca exploté y los valores humanos de alta cuna que he despreciado por años. ¿Entonces qué hice? Me traicioné, pero para evitar un mal mayor. Cuando mi vieja colgó, la miré a los ojos y le dije “vieja estoy algo drogado y capas no fui claro, soy tercer suplente de la bandera de Paysandú”.

                                                                                                          Tito

8 comentarios:

  1. jajaja. al menos estaba entre los 15 mejor de la clase, que en total eran 16! gradioso

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  2. sigo abriendo el blog, por si acaso. Cada tanto aparecen algunos cuentos que están buenos.
    Suerte.

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  3. Media pila loco, publican cada muerte de obispo, para eso cierren el blog, o sino pónganle huevo y renueven aunque sea cada semana. Dan ganas de no entrar más si sigue lo mismo.

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  4. jajaja que crack tito! Me gustó pila. Vamo arriba, larga vida al toman. Rosi

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Arriba Tito! La banana tiene potasio!

    B.

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  7. Uno de los anónimos es un amargo importante.
    Me pareció muy bueno el cuento. Abrazo

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