mi padre
mateaba
con el crepúsculo
toreaban al silencio,
entre treguas
yo lo escuchaba:
juraba
que todo lo vio
(desde un principio)
en los ojos de mi madre:
la locura
saliendo del horno / destapado
las camas destendidas
para siempre,
había que escucharlo
a mi viejo
esa voz gruesa
esa gravedad
de tambor
la historia de los ojos:
de una
mujer
Seoane
Eso mijo
ResponderEliminarmucho mas que un poema. IMPECA my friend, se extrañaba.
ResponderEliminarque lindo! me gustó mucho, lo imaginé... gracias
ResponderEliminarBien seoane, rompiendo el silencio y el vacio tomandroguero. Me gusto.
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