jueves, 29 de agosto de 2013

El helado roce de tu mejilla

Catarsis de pensamientos,
buscando una explicación de este sentimiento.
Que no hacer, que pensar en ella.
En la trinchera de este amor esta mi dolor,
en esta guerra de la razon sobre la tristeza,
de lo que no fue y lo que supo ser,
de lo que sera y lo que pudo ser.

Arma de doble filo la esperanza.


B.

martes, 27 de agosto de 2013

Espejito espejito

Cocinando. ¡Qué fea me quedó la salsa blanca! Recién después de tres años me doy cuenta que no era la nuez moscada lo que le daba a la suya tan horrible sabor; Se le quemaba. Igual que a mí. La única mujer a la que creí odiar: “pendeja de mierda, histérica, imbécil, charra, trola ”  ¡Aagghh! Hoy pienso que a pesar de la rabia que me provocaba nos parecemos mucho. Por lo despistada, mi inutilidad en el lavado, el malhumor repentino, lo perra...  Capaz no tuvo malas intenciones sólo que no pensaba bien. Capaz no era falsa y sí, me quería. 
Mi progenitor, otro boludo. Cómo pudo ser tan cruel solía cuestionarme. Pero otra vez, tras encarnar las mismas cagadas, con consecuencias más leves dada mi corta edad, descubrí que no. Maldad no era, más bien desesperación: esa que también me atravesó.
Así sucesivamente me fui viendo en las caras de los demás, de casi todos. Ese punto de convergencia que cuesta asimilar. Borrar el instintivo prejuicio de que el otro no podrá comprenderme ni yo a él dadas nuestras diferencias: primer paso a mi Revolución. 

Mariana

lunes, 19 de agosto de 2013

Revolución parte I

I

Pienso una y otra vez la propuesta. Le doy vueltas hace un par de días.
Termino por darle la razón, aunque él aun no lo sepa.

II

Fui el último en llegar, no tome muy enserio la hora a la que nos había citado, descreído de la puntualidad de sus reuniones. Cuando llegue ya estaban todos, había una palabra escrita en una hoja blanca con letras negras y mayúsculas, la revolución–decía-
Renegué un poco cuando me explico que la idea para este mes era que escribamos todos sobre una propuesta común. No se  –le dije- eso de diseccionar la escritura, de un disparador, me suena a taller literario, no me gusta.
Mira –me dijo- acá la única realidad es que vos no estás escribiendo un sorete, así que tómalo como quieras mientras te sirva para mandarme algo.
Mire al resto que asentían con la cabeza como diciendo es verdad. Me dieron ganas de decir y a elugo no le decís nada, pero  me di cuenta que no tenía sentido llevar la conversación a una discusión y mucho menos hundir a un otro conmigo.
Una vez terminado los temas de la jornada, alguien se paro como para saludar e irse, casi automáticamente nos paramos todos, porque él tiene eso, cuando despide a uno, hecha a todos,  yo creo que es porque le teme a que alguien se le quede demasiado rato.
Fuimos saliendo todos en fila a la calle, yo venía último, cruce la puerta y cuando me di vuelta a improvisar esa charla que uno cree necesaria cuando se va de un lugar, quizás un breve resumen de palabras, un bueno quedamos así, vi que la puerta se cerraba sin más.
Bueno- dijimos los cuatro que estábamos afuera, moviendo el cuerpo del frio-, esta vez sí improvisamos esa charla de despedida . Nos vemos –dijimos al final- y salimos caminando todos a la vez en distintas direcciones.

III

Camine por la calle oscura en bajada, antes de llegar a la esquina me detuve y me di vuelta como hace un enamorado para ver a su novia alejarse.
No distinguía quien era quien, pero vi como el farol rodeado de niebla iluminaba los pasos y proyectaba la sombra en la calle de uno y como otro doblaba en la esquina, me quede parado mirando y me pregunte si llevarían la idea ocupándoles la cabeza como a mí, si usarían la caminata y las calles vacías, la oscuridad y el silencio para comenzar un dialogo y destruirlo, una encuentro y una despedida, el lugar y el momento.  En definitiva si se habrían ido escribiendo. Como yo. 

III

Era viernes y yo seguía sin haber pasado nada al papel, me pasa siempre, escribo todo el tiempo, pero no escribo nunca.
Varios textos habían salido, algunos con un principio y un final, otros completos, pero no tenía ninguna prueba física si se quiere.
Con el correr de los años me he resignado a la realidad de que ese escritor seguro que soy cuando camino, cuando voy en ómnibus, cuando miro llover desde la ventana de mi casa, desaparece cuando tengo que pasarlo al papel.
Esas ideas que considero tan fuertes, de golpe no están, me abandonan a medida que se van pegando a la pantalla, dejan de ser mías,  pierden todo ese peso que creí que tenían. 
Termino por frustrarme, me siento mal, cierro todo, desea guardar los cambios, para qué, si esto es una mierda. 



                                                                                                                          Nano

jueves, 15 de agosto de 2013

PANFLETO

- Mozo, un café, negro, cargado.
- ¿En vaso o pocillo?
- En pocillo.
El problema no es este país. Hay que tener los ojos ciegos bien abiertos, despojarse de las anteojeras para no darse cuenta en el Mundo en que vivimos (cliché la cabeza de la chota).
Vos fijate, este es el Futuro de hace 15, 20 años atrás... ¿Cómo pretendíamos estar? Cómo te lo imaginaste... ¿mejor? ¿Peor? Esto es El Futuro, ¡ya llegó papá! Despertate, no tenés que ir al colegio; hoy vas al matadero.
La violencia siempre está. El tema es como la manejamos como sociedad, porque los medios ya están perdidos (y en qué manos mamita). No sean hipócritas... si hasta que no te toque ¡no vas a saltar! (y con justicia, no digo que no).
A mí me gusta usar la palabra Medievalización, suena lindo, suena lejos, suena cool (y suena a que no tenga la más puta idea de lo que estoy hablando).
Al final creo que todo se reduce a un cambio de valores, no de escala, sino de valores directamente. ¿Te lo tengo qué explicar? Si te lo tengo que explicar estamos en el horno... Pero bueno, es tan fácil como abrir los ojos y ver que los valores que te enseñaron a vos en tu hogar no son los mismos que los que le enseñaron al que tenés al lado.
Creo que hay gente lejos, mucho más lejos, de esos valores. Hay pibes a los que les dieron vuelta los valores como un shot de tequila hijo de puta. Hay botijas que, cuando fueron a tomar de esa teta, estaba vacía, sin Vidas y sin Valores.
El Mundo está mal y vos ves el barrio mucho antes que la ciudad (ni que hablar de la nación, región, continente… bla, bla, bla). Y no digo que esté mal, la miopía psicosocial te permite ver hasta donde te permite. No más.
PUM, PUM, PUM (Se escuchan tiros).
Una bala que roza el pocillo destroza en veinte el sobre de azúcar. El polvo blanco se esparce por la mesa de vidrio... El sordo sonido de las detonaciones los paralizan, a todos. Luego gritos y después, llantos. La sangre corre hacia la alcantarilla donde están las ratas. Es la misma con la que se escribirá la crónica al otro día.

¿Continuará?


The goat

miércoles, 14 de agosto de 2013

(Re)Revolución

¿Qué es ‘revolución’? La revolución no es nada o es todo. Es nada y todo
Son muchas cosas, solo se la entiende a partir de los sentidos que se le dé. ¿Qué sentidos se le da?
La revolución la hacen los oprimidos, los olvidados, aquellos a que Dios no escucha ni ve. La revolución se va haciendo sin saber que se la está haciendo. A veces se espera la revolución y no llega, se trunca. La revolución trasciende más allá de las conciencias. Es el legado de la humanidad, son sus antepasados, el indio es el montonero. El montonero es un obrero. El obrero es piquetero.
Indignación, desespero, opresión, escondites y cenizas. Tinieblas, antorchas, danzas, llamas y humo. Barricadas, unión, idealismo y libertad.
La revolución es positiva. También es negativa: ¿se la mide cómo? ¿Por sus medios? ¿Por sus fines? Es legítima desde quien nace, desde donde se construye, cómo se piensa y a través de cómo se efectúa. La revolución es un plan, se ejecuta, triunfa o fracasa –para algunos-. Opera en distintos campos: en lo intelectual, en lo logístico, en lo cultural, y por sobretodo, en lo simbólico. ¿Marca un cambio? Es el antes y después de una época. Establece nuevas categorías, resignificaciones: la revolución no será lo que fue antes y alguna vez. Revolución además de libertad y emancipación es autoritarismo y proscripción.
La revolución es sangre, es canción, es poesía.  Al fin de cuentas no es más que amor. El amor por un ideal, un territorio, una fe, un estado, al arte de representar alguna realidad. Es un amor violento, intenso, seco, inconmensurable, desmedido, compartido, trascendental, prescindente. Un amor que atraviesa fronteras, que toca subjetividades y se comparte. La revolución es amistad y enemistad, amor y odio.
A la revolución se la busca, ella no va a venir, nosotras vamos a ella. Si somos parte de la revolución, si una es parte de la revolución, entonces la revolución es mía, somos revolución.
La revolución no es solo individual o colectiva, es parte de procesos transformadores que se circunscriben en la historia de la humanidad. La revolución es necesaria para nuevos procesos y cambios sociales que están impregnados en la inconsciencia de hombres y mujeres particulares, propio de una época específica atada a valores, ideales y saberes singulares.
La Revolución es:
“Un ladrillo de masa y pegajoso. Como si de verdad estuviésemos todos convencidos que va a cambiar.  Pegajoso y articulado por lo nuevo.
Nuevo aire para un nuevo tiempo. La realidad que queríamos es la que vamos a construir.
Construir el socialismo en la patria grande
Grande y brillante, una sonrisa como respuesta viable ante todas las cosas que son insoportables, todas las cosas que son inmutables, como aquellas ideas que se abstraen en el imaginario hasta que le sacudimos la tierra y la revivimos.
Revivimos la gota de sangre que termina por desangrar al guerrero, la retenemos con un dedito en el agujero de la bala. Decimos la victoria en otra cosa. La muerte es otra cosa que todavía no existe, que todavía no se derrama roja, que todavía habita en las venas del guerrero, para terror de los enemigos."


(Cadáver exquisito de un par de jóvenes militantes)

Myriam Stefford

sábado, 10 de agosto de 2013

POÉTICA

 Si no tengo certezas
voy a seguir buscándolas:
algo con que escribir,  un abrazo al que
pueda volver.
No hay eso en el espejo
ni en las palabras nuevas que solo se suceden.
Tiene que ser un hondo despertar
algo cierto y posible
para que sea posible hablar de eso.
Después de la certeza
palabras con partidas
hacia algún infinito.
Entonces sé que entonces
el día que me muera
alguien pondrá su mano entre las mías.

                                                                                  
                                                        La Gata Flora

jueves, 1 de agosto de 2013

¿Estás seguro vos?

Al oír las palabras salir de su boca no las podía terminar de digerir.
¿Ese era él? Seguro había un error. No podía más que balbucear cosas incongruentes. Su mirada asustada, perdida y la baba que no paraba de chorrear.
¿Lloraba?
Qué terrible el destino, el mundo. Qué cruel.
Las noticias de una victoria lejana no concordaban con la imagen del coronel.
-¿Usted esta loco?
- No señor
- Lleve al coronel a la enfermería.
Sin prisas ni pausas se incorporó. Estaba flaco, lo tomé por los hombros y lo ayudé a mantener el equilibrio. Pasos cortos y bien marcados. Uno a uno. Huellas en el lodo y la lluvia que no para de mojar.
-Usted no se me aflija, todo en esta vida tiene solución - comentó, por lo bajo y al pasar, un hombre viejo, bien viejo, de esos que ya no se sabe cuantos años tienen.
¡Pero no!, qué mierda, qué solución ni solución si esa alma estaba ida desde hacia rato. Mira que al final todos se quiebran, no hay bala que no atraviese el corazón. Cuanta muerte uno puede aguantar es cosa de Dios, pero este hombre era duro, y de eso no hay dudas.
Cuando menos lo esperaba me cinchó, me apretó con los brazos, con fuerza, mucha fuerza, casi nos tumba. Lo reprendí suave y tenue, con miedo. Pero insistió. Pero hermano, venir a joderme a mí, con que derecho, si yo me quiero ir bien a la mierda. Nomás tenga chance me las tomo, esto de la montaña no es pa mi, ya lo dijo mi señora.
-¿Que pasó compañero?, ya llegamo, lo ve un medico, uste no se aflija, lo que vio lo vio, y ahí queda, enterrado.
Pero el tipo estaba en trance, y me agarró con tal fuerza que me volvió entero de cuerpo, asustado como el día que corrí de mi casa lo miré, temblaba. Pucha te digo, qué mirada, mamita, una mezcla. Un odio profundo, un miedo atroz y la compasión más lucida. Nos aguantamos unos pocos segundos, bajé la cabeza. Ahí mismo metió su mano en la campera, pensé, “ahora se me mata” y de asustado que estaba le tire un manotazo. Esquivó con gracia y dignidad. Entonces ese espectro habló, y fue claro, más aun, contundente.
-Tomá - me estiró un sobre - vos me vas hacer un gran favor. Cuando corras por la montaña, cuando salgas de este infierno, vas ir a esa dirección y vas a entregar ese sobre, sin palabras.
Me quise defender, pero no me dejo, me calló y siguió.
-Ojalá pudiera, como vos, huir y entregar esa carta, pero no puedo. Uno es ciego, torpe. ¿Esto es Revolución? ¿Sabe usted porque lloré? Claro que no. Si alguien, tan solo alguien me hubiese contado de los enredos del amor, no lo creía. Todos los hombres que murieron hoy son a mi cuenta, los mate, uno a uno, por amor. Eran muchos, algunos eran mis amigos. ¿Pero, que podía hacer? ¡Dígame! - y lloró, de rabia y odio. Se fue al piso, al barro, grito con toda el alma y sumergió su cabeza en el charco, pero no tardó en incorporarse - Era ella o ellos. Y un hombre solo elije mal una vez. 

tito